Notes

Elevé la mirada para encontrar las orbes ajenas y dibujé casi de inmediato una sonrisa ladina, ella parecía encontrarse divertida con la situación en la que ahora me encontraba, mas la ignoré y apoyé mis manos de cada lado de la silla en la cual me había ubicado y me puse de pie con la intención de cortar la distancia entre ambos, de aquel modo me encontraría mucho más cerca de mi "víctima", debía actuar rápido. Parecía acorralada en cuanto el espacio se vio reducido y mi pecho casi rozaba con el suyo, o bueno, en realidad con ese par de tetas. Reí por lo bajo por tener aquel pensamiento y deslicé mis manos por sus costados para sostenerla, ahora mis ojos se fijaban con atención en los suyos, parecía retarla con la mirada. —¿Me crees incapaz de hacerlo? —Una sonrisa juguetona apareció en su rostro y le sonreí adelantando un paso lo que originó que diese pasos hacia atrás, retrocediendo cada vez más. Cuando sus pantorrillas tocaron el borde de la cama -la que por cierto parecía muy cómoda- se dejó caer en ella y vi luz verde para mí. Me incliné hacia adelante sin la intención de acostarme en ella para luego pegar mis labios en el espacio de su cuello, había identificado mi objetivo y repartía tres besos húmedos en la zona, parando con el roce de mi nariz previo a conectar nuevamente con sus bellos ojos, y tenía que reconocer que tenía una mirada que incitaba a pecar. Era una mezcla de dulzura y perversión. Me incorporé y esta vez mis manos quisieron tomar protagonismo. Las llevé hasta sus pechos y los apreté con cuidado. Mantuve la zurda sobre uno apretándolo un poco más fuerte y bajé la diestra por su vientre hasta filtrar mis dedos bajo el pantalón ajustado que vestía. Me dediqué a explorar con sutileza y bajé la zurda por igual rozando la yema de mis dedos en su entrepierna sobre la ropa. Aquello no duró demasiado. No dispuesto a perder tiempo, quité mi mano y en cambio tomé el botón bajando el zipper y algunos segundos después su pantalón terminó en algún lugar sobre el piso. Sus braguitas de encaje negro parecían haber sido seleccionadas con intención. Jugué con las tiras de las mismas y apoyé la parte superior de mi cuerpo cerca al borde. Tomando en cada mano sus muslos los separé para abrir sus piernas a totalidad. No había necesidad de quitar sus bragas, me divertiría jugando con ellas mientras la probaba. La muchacha mantenía el silencio y me preguntaba en qué pensaba puesto que por igual lo había mantenido para solo actuar. No era muy partidario de las pláticas en algún preliminar antes de intimar, eso estaba para después. —Prometo ser bueno. —Comenté en un tono audible para ambos atrayendo su atención, la miré fijamente y relamí mis labios.
Comencé con besos, primero cerca a su ombligo y fui descendiendo sobre su pelvis, tenía una piel hermosa. Siendo noble repartí un par de besos y lo hice por igual en la parte interna de sus muslos, no obstante en dicha zona había usado la fuerza, dejando una que otra succión y marcas que probablemente le recordaría que había estado ahí. Una muy familiar sensación golpeó contra mis jeans y atiné a relamer mis labios previo a unirlos con los suyos ahí en su zona más sensible. Entreabrí los míos y empujé mi lengua para abrirme espacio entre sus pligues, agradecí que estuviese húmeda, los besos previos nunca fallaban. Un gemido ronco y bajo escapó de entre mis labios cuando comencé a lamer. Mis dedos se mantenían sosteniendo la tela de las bragas para permitirme probarla. Mi lengua zigzageó y se movió de arriba hacia abajo contra su clítoris durante varios minutos, era mi principal objetivo. Bajé en movimientos circulares por el interior de su feminidad y la introduje en la zona. Con movimientos precisos y consecutivos la empujé varias veces dentro de su sexo lo máximo que me fuera posible mientras con mi nariz me permitía estimular de vez en cuando su hinchado clítoris. Minutos más tarde terminé arrancando las bragas tirándolas en algún lado de la habitación y fueron mis dedos los que continuaron. Succioné dos para humedecerlos y los enterré en su cavidad acompañando los movimientos de mi lengua que no se detenían contra su clítoris y es que maldición, la chica sabía demasiado bien, me había tragado sus fluidos y todavía quería más. Mi boca la recibía gustoso y ella no me dejaba detenerme, sin embargo después de un largo rato me detuve. —Necesitaré utilizar tu ducha luego de esto. —Comenté incorporándome mientras relamía mis labios aún con el sabor de sus fluidos vaginales en la boca. Discretamente acomodé el bulto en mi pantalón y busqué despejar mi mente, lo que parecía imposible luego de lo sucedido.

—@BIGGXR