Notes

Hąnk, Sábado, 16/06/18.

No debe de existir solamente una ocasión especial para escribirte, darte un detalle o simplemente mimarte.
Cuando miro las estrellas, su luz me recuerda las ganas que tengo de recorrer con mis labios cada centímetro de tu piel. Posees unos ojos que jamás me cansaré de mirar, unos labios que siempre querré besar, pero lo mejor de todo, un corazón que jamás dejaré de amar.

Hemos pasado por diversas situaciones que nos han llevado a lo que somos hoy, aún estamos sobre rocas, tanteando un camino en busca de terreno totalmente estable. Nos hemos torcido, roto, caído y alejado, pero dicen que a pesar de todos los baches cuando uno le corresponde al otro el universo hace hasta lo imposible para que dos almas vuelvan a juntarse.
No hay cosa que no te haya dicho ya, pero aquí estoy una noche de viernes sin alcohol en mi organismo, escribiendo para ti.

Es divertido ponernos a pensar cómo fue que todo comenzó, con los viajes, los ratos juntos, cosas que día a día solíamos hacer siendo simplemente amigos pero que no fueron tan importantes como cuando soltamos la bomba de sentimientos aquél día antes de que terminaras en mi habitación acariciando mi cabello luego del corte de luz. A veces te odio, porque te pones todo pendejo y me dan unas ganas de tirarte el zapato para que reacciones pero no, no le inculcaré esas cosas a Xąthiel, AH{ÑLASÑDL{SADL.
La cosa es Hąnk, wawi, chanchito, gordo, que te amo demasiado.
Me enamoré de ti sin siquiera notarlo, supe que algo andaba mal cuando te comenzaste a alejar por un par de cosas y yo me empecé a enojar por puras tonteras que otras féminas te decían o me contabas tú mismo. Huéas que quizá para otros eran súper estúpidas pero para nosotros era lo más difícil de asumir.

Míranos ahora, cuidando de Xąthiel y planeando una boda. Una B-O-D-A, ¿Puedes creerlo?, A mí aún me parece un tanto irreal.
Gracias por comprenderme, escucharme, contar chistes malos, mimarme. Este último punto es importante porque en nuestros inicios llegabas a correr cuando tenía ganas de comer chocolate y me encontraba con un ánimo desganado. Ambos solíamos hacerlo, correr en auxilio del otro. Nos comenzamos a unir mucho antes de siquiera notarlo.
2016 fue un año raro, porque te noté a lo lejos, 2017 interactuamos un par de veces a principio de año, te pasabas de vergas coquetando vía tweets que yo te cagaba y ya a mitad de año éramos casi inseparables, para qué hablar de los últimos meses dicho año. Uf uf, ahí no más te la dejo.

Te amo, gordo. Muchísimo.
Felices casi 5 meses.

— Daherý.