Notes

En más de alguna ocasión he llegado a contradecirme diciéndome a mí mismo que no eres esencial en mi vida. Tratando de entender porque creo que eres tan único sin compararte siquiera, esa diferencia tan particular que das a demostrar te hace inigualable. Me gustan todas y cada una de tus versiones; de niño inquieto, de adolescente indisciplinado, de maduro sensato y de mayor con experiencia. Antes de conocerte sabía que te conocería, la vida me lo repetía. No me lo creía pero pasó. Porque a veces pasan cosas, vemos cosas; vemos personas, a nuestras vidas entran personas (como también se van) pero todas y cada una de ellas siempre van a dejar algo o serán las más inesperadas, con las que no creías que pasarías por un millón de situaciones/momentos. Llegaste, llegamos sin saber lo importantes que seríamos el uno para el otro. Pienso en cómo estaba y he estado antes de ti; si no fuera por ti, para muchas cosas, no sé realmente qué sería de mí, y quizás no te lo diga, porque triste o casualmente, somos muy iguales como a la vez muy diferentes; no seré repetitivo ni demostrativo, pero esto es una verdad. Me parece lindo cuando miro hacia atrás y observo como hemos crecido. Reconozco que he fallado, varias veces, y estoy seguro de que muchas personas no soportan cómo soy de inestable y para demás indeciso, inseguro. Pero tú lo haz hecho tan bien. Y hago el esfuerzo por cambiar, verdaderamente aspiro a ser una mejor persona.

Me encanta cuando me escuchas y tienes la paciencia para hacerlo y aconsejarme de la mejor manera, como buscas sacarme una sonrisa sin más (y no tienes idea de cuántas me has sonsacado en momentos que no creí capaz pero que no te llegué a decir) tratando de que esté bien. Y sé que aunque más lo quiera, no siempre estoy para ti, para apoyarte, estar contigo y prestarte mi hombro cuando necesitas llorar –lo cual no me perdono–, que soy muy pobre e inexperto cuando se trata de ti. Aunque no tienes idea de lo que me importas demasiado; tu felicidad, tus emociones, tus pensamientos, tu vida. Tú.

Desde que te conozco sé que tengo a alguien y me ayuda a salir adelante el simple hecho de saber que existes en mi vida. Estoy mejor desde que te cruzaste en mi camino, y doy gracias a lo que sea que provocó nuestro cruce por haberte puesto en frente de mí, pude ver en ti los sentimientos más puros y sinceros. Eres bueno para mi alma. Aparte de darte gracias por existir, por haberte quedado conmigo cuando te mostré quién soy y por ser todo para mí, quiero dar gracias por todo lo que eres, quien eres, lo que haces y lo que piensas. Te admiro, admiro tu capacidad de ver lo bueno y malo de las cosas pero con el mejor entusiasmo que se pueda, en como ríes por todo y lloras por todo, en como miras la vida con ojos llenos de sueños por ver realizados. En como vibra tu alma cuando estás feliz. Admiro la persona que eres.

Gracias por ser así.
Gracias por ser tú.
Gracias por existir.

Eres mi tesoro, mi fuerza. Que me falte cualquier cosa menos tú. Te amo como no tienes idea, Hide. Y por favor, que esto continúe. Desde el 2016 hasta donde sea posible, quédate conmigo.

Te amo, mi amor. Feliz cumpleaños.