Notes

Viernes, veintiocho. 7:30 pm.
El mayor evento de aquella ciudad estaba por comenzar, los asientos no tardaron en ser ocupados y la emoción reflejada en cada rostro ajeno amenazaba a la noche con brindarle una ola de aplausos. Dos estrellas temblaban, el nerviosismo acariciaba la fina piel de ambos, pero en especial del hombre de rizos pintados de un chocolate intenso. Habían sido elegidos para encender el escenario, asombrar a la multitud con el don que llevaban en su interior, aquel que era plasmado en movimientos peligrosos pero placenteros para la vista. La figura de las piezas principales del encuentro se posicionaron en el centro mismo, en donde robarían alientos, halagos, incluso corazones mismos. Los telones tomaron distancia una vez que la aprovación del ojiverde fue dada al director con un asentimiento de cabeza, poco a poco las miradas empezaron a multiplicarse, convirtiéndose en cientos y cientos. Ya no existía marcha atrás. La melodía dulce inundó el lugar, tomando al teatro como una caja musical, de esos que vienen incluidos con una bailarina en el medio, pero este caso era diferente, pues se trataba de él. Él era aquel muñeco que completaba la caja musical. ¿Cómo podían moverse con tanta delicadeza? ¿Cómo creaban belleza sin necesidad de hacer demasiado? Los sentimientos brotaban, pues ahí estaba él, guiando las almas, siendo el rey una vez más. El sudor bajaba por su nuca y sien, pero no lograba arruinar la perfecta imagen de un joven sufrido que encontro la forma de escapar sin caer en un mal. Saltos, vueltas, brazos levantados hasta el cielo, expresiones que hablaban por sí mismas, el final estaba a unos pasos más, él lograba saborearlo. La canción se dio por finalizada, las luces apuntando a las esculturas expuestas en el centro, demostrando que no existía más belleza que el arte propio. Los aplausos, silvidos, una fiesta con gritos, la multitud estaba de pie. Las perlas de color verde fueron hasta la primera fila y ahí yacía ella, la mujer por quien daría la vida, a la única que necesitaba ver orgullosa. A su madre.