Notes

-¡No por favor!- era lo que gritaba Alex desde su habitación recientemente asegurada, aprovechándose que los niños dormían y el estúpido de su esposo estaba fuera como la mayoría del tiempo. Él sabia que nadie vendría. –Te lo ruego- dijo casi entre sollozos. Lo había atrapado desprevenido cuando entro a su alcoba, agarrando los dos brazos con una mano. Su fuerza mental nunca podría luchar con mi fuerza física.

-no te resistas- le susurre al oído mientras mi mano se acercaba a su cuello, haciendo una pequeña herida con el rigido, filoso y metalico objeto, pero lo necesario para que sangre fuera expulsada.

Solo unos minutos y ya lo había amarrado bajo amenazas y golpes. Apenas un par de instantes después bese bruscamente esos labios carnosos mientras mis dientes se encargaban de arañarle los labios. No importaba que no fuera correspondido -Ten esto- le dije mientras sacaba una pequeña pastilla del bolsillo de su chaqueta y lo empujaba hacia la garganta de Alex, obligándole a tragar. Ahora le colocaba una mordaza en su boca.

-No me importa como pero vas a ser mio. Pese a quien le pese. Prometo que no tendre compasión contigo.- con la navaja que tenia en la mano comencé a cortar sus prendas. – Te ves mas rico de lo que recordaba… - intentaba resistrse, pataleando y lloriqueando, sin embargo basto sentir el frio metal que se deslizaba sobre su piel para que se diera cuenta que debía estar quieto. – hazlo por los niños. No quieres que les pase nada ¿verdad? -

Sonreí al notar como su cuerpo parecía flojo. Al parecer la droga ya estaba haciendo efecto. Apenas lo escuchaba respirar. La blanca piel parecía tomar un tono rosado, subio su temperatura y se cubria en sudor.
Subi sobre el pequeño cuerpo, olfateando su aroma a sudor fresco, a carne pura. Lami mi labio inferior con ansiedad, mientras tomaba mi miembro y sin ningún tipo de consideración, me hundía en aquella apretada entrada que me recibió caliente y palpitante. Gruñi desde lo profundo de mi garganta, observe como Alex apretaba la mandíbula y enterraba sus largos dedos en la sabana bajo su espalda mientras su cuerpo temblaba visiblemente.
-Eres delicioso mi amor .- gemi mientras balanceaba mis caderas contra el pequeño cuerpo- verdaderamente exquisito.- dije mientras me inclinaba para gemir contra su oido, No puedo hacer nada mas, simplemente alex se quedo allí, mirando algún punto de la habitación