Notes

LA ESPADA PAYASAL
PKMN Goromoiz
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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
Kenfu llegó al imperio del rey Josefino de Corazón y le explicó cómo y por qué llegó hasta ahí: sólo por Rito. Entonces, después de siete días de descanso en el imperio, Kenfu y Rito emprendieron la aventura para salvar a Belord, el hermano de Kenfu.
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CAPÍTULO 2: EL CIRCO AMBULANTE


Kenfu y Rito estaban caminando en un día de niebla. En el camino apenas habían árboles; sólo hierba y unas cuántas montañas.

-Viejo-dijo Rito-, ¿sabes dónde vamos?

-Por supuesto-afirmó Kenfu-. Por cierto, no soy viejo, sólo tengo 79 años.
LA ESPADA PAYASAL
PKMN Goromoiz
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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
Kenfu llegó al imperio del rey Josefino de Corazón y le explicó cómo y por qué llegó hasta ahí: sólo por Rito. Entonces, después de siete días de descanso en el imperio, Kenfu y Rito emprendieron la aventura para salvar a Belord, el hermano de Kenfu.
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CAPÍTULO 2: EL CIRCO AMBULANTE


Kenfu y Rito estaban caminando en un día de niebla. En el camino apenas habían árboles; sólo hierba y unas cuántas montañas.

-Viejo-dijo Rito-, ¿sabes dónde vamos?

-Por supuesto-afirmó Kenfu-. Por cierto, no soy viejo, sólo tengo 79 años...

-Wii.

Ya era de noche y una gran niebla grisácea invadió el camino. Rito siguió caminando como si nada pero cansado, mientras que Kenfu vio un punto iluminado. Aquella luz verde era la de un circo ambulante. Kenfu cogió la mano de Rito y corrió velozmente. ''Me pregunto quiénes serán...'', pensaba Kenfu hasta que llegaron al circo ambulante.
Había una lámpara con una luz verde intensa y brillante en el techo de la caravana; una bandera negra y lila con una máscara por un lado feliz y por el otro triste. El color de la caravana era lila con unas rayas negras un poco descoloridas. Se notaba que era muy vieja. Kenfu llamó a la puerta, pero nadie abrió. Llamó otra vez... Pero sin respuesta. Rito no pudo contenerse más y le dio una patada tremenda a la puerta de la caravana y se abrió, cosa que también se pudo ver el interior de aquella caravana: había una luz blanca que mostraba a unos cuántos payasos, bufones, mimos y arlequines que estaban jugando al póker.

-¿Quiénes sois?-Preguntó un payaso raro.

-Antes de presentarnos, he de pediros disculpas por el mal comportamiento de Rito, éste niño de 8 años que nunca crecerá de aquí-dijo haciendo una reverencia-. Mi nombre es Kenfu, y tengo 79 años. Éste es Rito, un bufón, como alguno de ustedes.

-Yo soy Rundo-dijo un arlequín.

-Yo soy Rundi-dijo un bufón.

-Yo soy Rundu-dijo un payaso mientras que un mimo iba dibujando letras en el aire con su dedo: se llamaba Rund.

-Oye, tronco-avisó un payaso con una peluca-, que no estamos todos aquí; muchos se han ido a hacer un espectáculo en Hetomb...

-¿Qué es Hetomb?-Preguntó Rito que estaba cansado y se sentó en el suelo.

-Hegtomgb esg ung puegblgo-dijo un payaso raro que salió de la cocina.

-¿Os gustaría quedaros esta noche aquí?-Preguntó Rundo con una sonrisa forzada-. Aunque no os lo parezca, ésta caravana es mejor que una casa... ¡Hasta es más grande por dentro! Que por fuera.

-Emmm-Kenfu miró a Rito que se quedó dormido en el suelo aún sentado-. Sí, con vuestro permiso.

-¡Oh, excelente!-Exclamó Rundi y les acompañó hasta una habitación que tenía 2 camas-. ¡Dormiréis aquí! Si queréis, mañana por la mañana os podéis ir.

-De acuerdo, muchas gracias-agradeció Kenfu que tenía agarrado a Rito... Que aún estaba durmiendo.

Kenfu dejó a Rito en una cama y luego se durmió en la que quedó libre. Kenfu cerró los ojos, y, poco después, se rindió ante el sueño.

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-Jajajaja-se rió Belord mirando a Kenfu fijamente-. ¡Has caído en mi trampa!

-¿De qué trampa hablas?

-¿De qué? ¿De qué?-Se burló Belord aún riéndose. Detrás de Kenfu aparecieron los trabajadores del circo ambulante con unos garrotes. Más tarde, Belord alzó la mano y unas bolas de fuego empezaron a caer.

-¡¡Qué haces, so ignorante!! ¿¡No ves que morirás tú también!?

-¡Que moriré, dice!

-¿A qué te refieres?

-Je-Belord hizo una mueca macabra y sacó la Espada Payasal desde su pecho-: que sólo yo sobreviviré y me convertiré en el Señor Supremo del mundo... No, ¡del universo!

-¡El poder se te ha subido en la cabeza!

-El poder lo es todo; sin poder, no eres nada.

Belord se movió hacia Kenfu con una velocidad inimaginable y le dio una patada mortal en el estómago. Kenfu cayó unos metros atrás y se estrelló con una roca.

-Primero con un árbol... Después con una roca... Y finalmente... Con la muerte-le amenazó Belord.

Kenfu se quedó tumbado al suelo mirando a su hermano. Belord alzó su espada otra vez y de ella salió un humo negro que se convirtió en un agujero negro y que absorbía todo menos a Belord. Kenfu notó que perdía las fuerzas y que su cuerpo se alzaba sin que éste quisiera. Por un momento pensó que estaba siendo poseído, pero cuando vio aquel agujero negro, supo que se dirigía hasta allí.


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-¡¡¡DESPERITA!!!-Gritó Rito sacudiendo a Kenfu.

-Que es ''despierta'' y no ''desperita''-le corrigió Rundo.

-¡¡BELORD!!-Rugió Kenfu cuando se despertó.

-Parece que tu cerebro también se está haciendo viejo, viejo-le dijo Rito al ver cómo se despertaba.

-Perdonad... He tenido una pesadilla en la que salía Belord...-Se disculpó Kenfu-. ¿Qué hora es?

-Las tres de la luna-dijo Rito.

-Lagsg tregsg deg lag nogcheg-corrigió un payaso raro que entró en la habitación.

-Es que tronco, te estabas moviendo mucho, tronco. Es que tronco, haber, gritabas, tronco, y no nos dejabas que completáramos nuestro plan... ¡Huy!

-¿Plan? ¿Qué plan?-Preguntó Rito confundido-. ¡Ya lo tengo! ¡Plan de que nos vais a comprar mucho chocolate con mucho azúcar y con muchos juegos y con mucha diversión!

-¡¡¡SÍ!!! ¡¡¡¡BUENAS NOCHES!!!!-Los 4 payasos que habían huyeron de la habitación al igual que el bufón.

''Qué raro... Tengo un mal presentimiento...'', pensó Kenfu.

-Continuará...-