Notes

¿Cómo resumir en pocas palabras lo que tú eres capaz de hacerme sentir?
Digamos que es difícil. Es difícil cuando lo que sientes es tan grande que sobrepasa cualquier límite, cuando va más allá de palabras y cosas de ese tipo. Yo sé que te lo he dicho muchísimas veces ya pero nunca está demás, ¿verdad? Nunca está demás repetirte cuanto te amo y lo enamorada que estoy de ti, lo mucho que adoro el color y el brillo en tus ojos cuando me miras, esos hoyuelos que se te forman al sonreír. No está demás resaltar que estoy enamorada de tus tatuajes, de todos ellos, y de la paz que me trasmite acariciarlos cuando estoy acostada en tu pecho después de un día duro. Amo tu olor, amo tus besos, la manera en la que me acaricias y la forma en la que me haces sentir. Tus manos que me sostienen con fuerza y esa espalda a la que me aferro y no quiero soltarme nunca más. Te amo cuando te enfadas y repites que tus venas se hinchan, cuando sueltas cualquier cantidad de palabrotas que me hacen sonreír lejos de cualquier cosa, ese mal humor... ¿puedes creer que te veo realmente hermoso cuando estás así? Puede ser loco, no lo sé, pero soy sincera al decirte que solo me provoca abrazarme con fuerza a ti y besarte hasta que regrese esa sonrisa que tanto adoro. Aunque no tengamos muchas cosas en común (casi ninguna, en realidad), disfruto de escucharte hablar de las cosas que te gustan, de lo que te apasiona; sea música, sean tus series favoritas, incluso de esas nutrias feas que te ponen sensible. También me intereso al escuchar tus quejas, lo que te pone triste, lo que te disgusta. Podría pasarme horas y horas escuchándote y no me cansaría jamás, te lo juro, eres demasiado interesante y yo me siento cada día más orgullosa de formar parte de tu vida.

Soy muy afortunada, o mejor dicho, soy la mujer más afortunada de todo el mundo por tener un hombre como tú a mi lado. Hoy se cumplen cuatro meses desde esa propuesta que me cambió la vida por completo. Hoy, hace cuatro meses (y después de esperar mucho, justo cuando casi decido hacerlo yo), me pediste que fuese tu novia y yo todavía, todavía no me la creo. No puedo creerme aún que seas mío,que me ames de la misma forma en la que te amo yo a ti. Anoche te preguntaba "¿qué fue lo que viste en mí?" y sí, en realidad tenías razón. Todo pasó tan rápido que ni siquiera nos dimos cuenta, pero sí que fue lo mejor que me pasó en mucho tiempo. Tú llegaste cuando ya no tenía esperanzas en nada, cuando ni siquiera esperaba algo. Tú llegaste a darle vuelta a todo y a sacudir mi vida de la manera más hermosa del mundo. Grandullón, viniste a darme vida. Viniste a enseñarme, a construir, viniste a unir todas las piezas. Me llenas de todas las formas posibles, me das todo el amor que ni en sueños pensé llegar a tener. Tú, mi amor, te convertiste en todo para mí y ahora no puedo imaginarme pasar ni un momento alejada, me rompe el corazón siquiera pensar en algo así. No quiero que te vayas nunca, ni tampoco voy a permitir que alguien nos separe porque simplemente le sale de los huevos. Somos tú y yo, no importa nada ni nadie más. Recuérdalo siempre, ¿de acuerdo? Pues muy bien, porque mira que en este cuerpo pequeño también hay mucha rudeza (y no se vale reírse, que es verdad). Le agradezco a la vida, al destino o a lo que sea que nos haya cruzado ese día. Espero que sepas que yo no me arrepiento ni me arrepentiría nunca de haberte entregado el corazón y la vida entera. Soy tuya de pies a cabeza y en todas las formas posibles.
Te amo, Aithor J. Broggi (mi rey).