Notes

LAS 4 TORRES
PKMN Goromoiz
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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
El rey y sus súbditos se despertaron en medio de una calle de un poblado en medio de un desierto (las Calcinantes Arenas). La gente tomó a Rito como a un monstruo y casi lo exterminan si no fuera por Lealusfielus Tonticus. Ahí, se encontraron a Excrementicus. Le preguntaron dónde estaba la torre Arendum, pero cuando se dieron cuenta de que tenían el mapa, no perdieron más el tiempo y se fueron hacia aquella torre... Y, obviamente, acabaron llegando.
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CAPÍTULO 17: ARENDUM


Cuando terminaron de entrar en la torre, se fijaron que el interior estaba lleno de arena. Subieron unas escaleras en forma de espiral que les daba hacia lo más alto de la torre. Rito empezó a subir las escaleras corriendo mientras escuchaba las quejas del rey: ''¿Cuándo inventarán el ascensor?''. Rito siguió subiendo con la misma velocidad fenomenal del principio. Cuando llegó, abrió la puerta de una patada. Se sorprendió cuando no vio a nadie, así que se quedó sentado en el centro... Y se durmió con los ojos abiertos... Pero como que se durmió, se tumbó. Parecía un muerto... Aunque no lo estaba, claro. el rey llegó justo cuando un temible sultán apareció como por arte de magia.

-Rito...-dijo en voz baja.

-Oh, no...-dijo en voz baja Lealusfielus mientras que los soldados, también sorprendidos, desenfundaron sus espadas.

-¿Quiénes sois vosotros?-les preguntó el sultán.

-¿¡¡QUÉ HAS ECHO CON RITO!!?-rugió el rey.

-¿Quién es Rito?-preguntó el sultán confundido.

-Soy yo, wiiii-exclamó Rito cuando se despertó.

-¿¡QUÉ!?-gritaron confusos y sorprendidos todos, excepto el sultán.

-¿Tan raro os parece que me duerma con los ojos abiertos?

-¿¡QUÉ!?-volvieron a gritar todos confusos y sorprendidos. Ahora, el sultán también gritó.

-¡Se acabó! ¡No destruiréis Arendum nunca!-rugió el sultán.

-¿Por qué, viejo?-le preguntó Rito.

-Porque un bufón me ha contado que si protejo esta torre, tendré millones de millones de millones de rubíes y de monedas-explicó el sultán, calmándose un poco.

-Pues ese bufón es el hermano del rey-explicó Lealusfielus señalando al rey Josefino-. Y os ha mentido. En realidad, éstas torres se deben de destruir, porque sino, entonces, un gran demonio bufón de 1000 metros aparecerá y aniquilará a todos... Y a todo.

-¿Ah, sí?-le preguntó desenfundando la cimitarra-. ¡Necesito más pruebas!

-Pues tome ésta carta-dijo Lealusfielus sacando una carta de su bolsillo. Se la dio y el sultán empezó a leer. Por suerte, creyó lo que ponía en la carta (y era verdad lo que ponía ahí), y dejó que el rey destruyera la torre.

El rey Josefino de Corazón sacó su bastón lila, se puso en el centro y alzó el bastón, pronunciando las palabras necesarias para destruir la torre. Un gran trueno salió desde el cielo y cayó directo en la torre, pero antes de que se derrumbara por completo, apareció un portal mágico que llevaba hacia el Gran Imperio. Rito, el sultán, los soldados, Lealusfielus y el rey se apresuraron para llegar hacia aquel portal... Y llegaron, sanos y salvos, sin peligro alguno. Llegaron en el centro del Gran Imperio. Lealusfielus vio su mapa, pero vio que algo había cambiado. Miró otra vez y... ¡La torre que estaba en Berimond ahora estaba en las Cumbres de Fuego! El sultán se despidió y se fue a un fortín que vio. El rey Josefino de Corazón acompañó al sultán, y aprovechó ahí para robar 10 caballos... Y empezó a cabalgar hacia las Cumbres de Fuego, junto a sus leales súbditos.