Notes

Supe que sería especial al instante de conocerla. Me atrevería a decir, inclusive, que llegué a esa conclusión jornadas previas al primer intercambio de palabras.
Tras haber analizado con detenimiento algunas de las entradas existentes en su perfil, recuerdo preguntarme con curiosidad « ¿Quién demonios es esa chica? ». Directa, franca y con una indiscutible personalidad. El temperamento y carácter reflejado en cada uno de sus escritos me sedujo. Por el amor de Dios, debía saber más de ella: quién era, además de un nombre y envoltorio bonito. No tardé en descubrir que aquella desconocida era un fiel y honesto reflejo de mi persona, de mis vivencias e historias. Escucharla departir acerca de aquel amor que había gestado un antes y un después en su existencia; que la había marcado como persona, me transportó irremediablemente a los periodos más engorrosos y arduos de mi vida. Fue entonces cuando supe apreciar, sin atisbo de dudas, la razón por la cual el destino nos había unido: mi aprendizaje podría, tal vez, ayudarla a prevenir la formación de nuevas heridas. Quizás necesitase un guía... o simplemente alguien que estuviera ahí, a su lado, durante el proceso de desintoxicación.

Y ese, damas y caballeros, es el comienzo de nuestra historia.
Pero permítanme avanzar un poco más: al menos lo suficiente como para confesar que aquel muchacho con espíritu de tutor, acabó siendo el salvado en lugar del salvador. O de cómo la vida se toma su tiempo para que sucedan las cosas correctas.

A día de hoy, transcurrido más de medio año desde la conversación inicial, puedo confesar sin temor a equivocarme que es el caos que equilibra mi alma. De quien me acuerdo cuando siento que algo me falta. El agua de mi sed, la cura a mi enfermedad.
Ella fue la forma más bonita que tuvo la vida de decirme « adelante, sé feliz ».
La excepción. Mi única excepción.

Gracias por aparecer.
Por iluminarme.
Gracias por desordenarme el cabello, la cama y la vida.
Gracias por lo que me has dado, por lo que me das y lo que sé que me darás en el futuro.
Y, ante todo, te doy las gracias por algo que sé lograrás.
Gracias por hacer que me enamore.

Feliz aniversario, mi caos.