Notes

LAS 4 TORRES
PKMN Goromoiz
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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
Una vez que el rey Josefino de Corazón y sus súbditos llegaron hacia la torre, Islandum, tuvieron que destruirla, no sin antes derrotar a un ogro guardián. Gracias a la intervención de Krav, el anciano ciego que conoció a Rito, lograron derrotar a aquel ogro... Y cuando destruyeron la torre, un portal les llevó hacia un puerto abandonado, de aquella misma isla (las Islas Tempestuosas... Cómo no).
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CAPÍTULO 15: LA EMBOSCADA


-Wiiiiiiiiiii-gritó Rito-. ¡Qué bien! ¡Y ya tengo de nuevo mi As de Picas!

-¿Sabes jugar al póker, niño?

-No.

-¡Ja! Tu hermana Rita no te enseñó a jugar, ¡tonto!-se burló el rey.

-Oye...-le avisó Rito al rey con una mirada macabra-. ¿No querrás tener el mismo destino que aquel calamar gigante y de ese ogro?

-¿¡Te has vuelto loco!?-le preguntó el rey dando un bote y escondiéndose detrás de los soldados.

-Que era broma, gordo, jajajaja-se rió Rito poniéndose rojo con los ojos cerrados.

Después de una bronca de media hora de parte del rey a Rito, todos se pusieron en marcha... Pero al ver que en el puerto abandonado tan sólo había una barca, se montaron en ella. Ya era de noche y todos tenían frío... Evidentemente... Pero como que no trajeron nada se aguantaron. El mar golpeaba con fuerza a la barca, pero por el contrapeso de las armaduras de los soldados y de la gordura del rey, la barca se mantenía. Poco rato después, empezó a llover. Las nubes lanzaban truenos amenazantes mientras que Rito los miraba alucinado y les preguntaba gritando que si querían ser sus amigos, y, con un golpe, el rey le hizo callar. Esos gritos de Rito llamaron la atención a alguien que antes intentó matar al rey Josefino... Razor Devil volvió. Razor Devil llevaba, a su tripulación, los ''Died Devils'' listos para atacar y defender. Razor Devil escuchó los gritos de Rito, y controlando al barco como un experto, llegó hacia aquella pequeña barca. Primero, al ver a Josefino, pensó en destrozarla, pero luego, pensó que era mejor saciar su sed de venganza torturándole... Así que lanzó una cuerda que asestó en la cabeza de Rito, haciendo así, que se desmayara. El rey Josefino y Lealusfielus subieron por la cuerda, y los soldados subieron con Rito desmayado. Al llegar en lo alto del barco, se dieron cuenta de la razón por la que les lanzaron la cuerda... Excepto el tonto del rey.

-¿Por qué me sonáis?-les preguntó el rey Josefino intentando recordar.

-Mi majestad-le susurró Lealusfielus-. Son los piratas que nos intentaron saquear y matar...

-¡¡¡SILENCIO!!!-gritó una voz grave-. Jeje... ¡Qué casualidad!

-¿Cómo que casualidad? ¡Si nos has lanzado tú la cuerda!

-Veo que tu cerebro ha crecido desde que nos encontramos desde la última vez. Ahora, he reunido a 50 piratas más, dispuestos a matarte de la manera más psicópata posible...

-No lo entiendo-preguntó el soldado con voz de tonto.

-¡Que os mataremos haciéndoos sufrir!-le gritó un soldado.

-De momento, os dejaré ésta noche para descansar... Y, mañana por la mañana, sin desayuno, sin ropa, moriréis... ¡Venga, atadlos y llevadlos hacia la bodega!

La tripulación se lanzó hacia el rey y sus súbditos atándoles bruscamente las manos y los pies. Los llevaron hacia la bodega y los dejaron tirados junto a unos barriles de cerveza... Pero, afortunadamente, se olvidaron de Rito, que cayó de los brazos de los soldados cuando la tripulación se les saltó encima.


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Ya faltaba poco para que fueran las 4 de la noche cuando Rito se despertó de su desmayo, y seguía lloviendo. Se preguntó la razón por la que llegó hacia aquel barco, en vez de estar en esa barca, que cuando miró en el mar desde lo alto del barco, ni rastro de su barca. Después inspeccionó todo con la mirada: aquellas velas negras, aquel timón negro... Y la baldosa negra. Vio unas escaleras que llevaban hasta el timón, pero no se acercó, sino que se quedó en el mismo lugar de pie. Luego, se fijó en unas escaleras que llevaban hacia la bodega, y, con el presentimiento de que ahí encontraría comida como la que se encontró al infiltrarse en el barco ya destrozado del rey, caminó rápidamente y bajó las escaleras con mucha agilidad. Por su sorpresa, cuando un trueno iluminó toda la bodega, se encontró al rey y a los demás en vez de comida; tan sólo habían barriles de cerveza por todos lados.

-¡Rito!-le susurró el rey-. ¡Corta la cuerda con tu As de Picas!

-¡¡¡SÍ!!!-aceptó Rito gritando.

-¡Pero no grites!-le gritó el rey.

-Que sí, pesa'o...-y después de haberle dicho eso, cortó la cuerda con su carta. Después las de los demás, que ya estaban durmiendo... Pero Rito los despertó con una patada en la entrepierna: ''Ha si'o sin querer'', fue la excusa-. ¿Cómo es que esa barca se ha convertido en esto?

-Verás, te asestaron con una cuerda en la cabeza, que sólo Dios sabe por qué pusieron una beta de hierro ahí... Con la parte que te dio-explicó Lealusfielus-. Luego subimos y nos encontramos a unos piratas que nos matarán mañana por la mañana... Tenemos que escapar... Pero no tenemos nada... Estamos perdidos... Y mira que somos la única salvación de éste mundo... ¡Qué pena!

-¿Y por qué no les matamos a todos, ya que están dormidos?-preguntó Rito con una sonrisa sádica.

-Oh... ¡¡¡OH!!!-exclamó el rey-. ¡Tengo una idea! Controlaremos el barco hasta llegar a las Calcinantes Arenas y les dejaremos aquí... En el barco, no creo que lleguemos a hacerles mucho daño... ¡Son 100!

Siguiendo el plan del rey, todos subieron las escaleras sin hacer ningún ruido y empezaron a navegar en aquella fuerte tormenta. Lealusfielus, que tenía el mapa en sus manos, lo inspeccionó y le dijo al rey que siguiera lo más recto posible. El rey Josefino le hizo caso y controló el barco... Pero como que no sabía cómo hacerlo, se lo ordenó a Lealusfielus, que sin él, no consiguieran llegar hacia su destino. Tardaron 1 hora en llegar, y cuando llegaron, se bajaron lo más rápido que pudieron. En las Calcinantes Arenas ya no llovía. Después de 10 minutos, decidieron parar y seguir andando... Hasta que, después de una hora entera, decidieron parar y descansar... Pero justo cuando se estaban a punto de rendir ante el sueño, unos desconocidos, montados en unos camellos con unas cimitarras les capturaron y les llevaron hasta su imperio.

-Continuará...-