Notes

Eres esa mujer de la cual uno se enamora hasta los huesos, maldigo y vendigo el día en que te conocí, Lenox, maldigo el momento en que te mire y el que me miraste con tus pestañas largas, y te reías con risa despreocupada. Te odio, te odio porque no puedo amarte como quisiera amarte, te odio porque no estas conmigo; te amo, porque no puedo no hacerlo, te amo por tus inseguridades, te amo por ser más real que cualquier otra. Por eso y más te amo, pero también te odio. El no ser una mujer sensual del todo fue lo que más me atormentaba de ti día a día. Cada llanto y fragilidad que me dejabas ver. Quisiera protegerte en una caja de cristal en donde nadie mas que yo pudiera verte, en donde nadie, ni siquiera yo pudiera tocarte para no romperte. El tiempo pasa de una forma tan rápida cuando estoy junto a ti, por que yo disfruto cada momento y cada segundo en el puedo verte feliz o en cuanto puedo verte enojada, de cualquier modo el tiempo junto a ti pasa rápido. En nuestra primera cita supe que tenías algo especial, desde la primera vez en conocernos adoré cada esencia de tu ser, porque Lenox, tu eres literalmente la mujer de mis sueños y soy muy honesto cuando digo que nunca vas a poder entender cuanto te amo, ni tu ni nadie; siempre me preguntas que como estoy o como me siento, y si tan solo pudieras saber una vez cuanto te amo y como de admiro tu nunca podrías sentirte asustada o insegura de ti otra vez, cada pensamiento que tengo va hacia lo que eres. Süskind, eres el tormento mío y de muchos.