Notes

Y estás ahí, solo. Varado en un sitio sin ninguna persona que te diga lo que hiciste mal o lo que tienes que hacer bien. Estás ahí solo contigo mismo pero aún así ni siquiera te salvas de tu propia mente. Esa que te habla y te hace recordar cosas y experiencias del pasado. Te das cuenta que eres alguien que le teme a su propia mente, te das cuenta que eres victima de ella por lo grande que puede llegar a ser. Te conviertes en alguien cada vez más débil mientras tu le permites a tu mente dominarte. Te trae recuerdos y puedes notarlos con claridad e incluso volver a sentirlo todo. Las personas no se dan cuenta de lo que has vivido, de lo que has sentido, de lo que has llorado, de lo que has hecho bien, tampoco ven cuanto te odias a ti mismo en muchas ocasiones. Las personas solo ven tus errores, esos que en el pasado hiciste una y otra vez y que quizás no merezcan perdón, pero que aún así te arrepientes de haberlo hecho. Las personas te toman un odio y mientras todos te odien, a veces te odias a ti mismo. Lo sé porque me ha pasado y me pasa ahora. Hace ocho meses atrás era otra persona, alguien a quien no le importaba lo que hacía, alguien a quien tampoco le importaban las personas. Alguien a quien no le importaba quien saliera herido por mi culpa. Y sé que por todo eso merezco su odio, por no ser alguien bueno. Pero siempre llega alguien que te hace cambiar, entonces te das cuenta de que en realidad si se puede ser diferente. Te das cuenta de que gracias a esa persona tomas todo en serio, de que es lo único que quieres mantener contigo. Te das cuenta de que al momento de conocer a la persona correcta tu pasado deja de importar. Dejas todo atrás con tal de ser feliz con esa persona, pero el resto de las personas no pueden dejar atrás lo que hiciste mal, entonces siguen y siguen con lo mismo hasta arruinarte la vida y hasta alejar a la persona que por fin habías encontrado y considerado el amor de tu vida. Y qué hagas lo que hagas para traerla de regreso, no será suficiente porque el resto de las personas no creen en tu palabra, ni siquiera esa persona a la que tanto amas. Quizás esto puede llamarse karma, porque al fin sé lo que es enamorarse, incluso más que la primera vez y solo estoy pagando con lágrimas. Creo que todo ese daño que causé a los demás, lo estoy viviendo ahora. Entonces es ahí cuando me doy cuenta que debo levantar mi rostro y aceptar que estoy sola, que debo enfrentar la situación y arreglar mis problemas por mi propia cuenta.