Notes

Todos en algún momento sentimimos la necesidad de saciar nuestro placer, pero algunos abusan de ello, como un diabético del azúcar, algunos alérgicos de la limpieza y manipulación de polvo, así como los niños de dulces o los masoquistas del dolor. Contaría fácilmente cuáles son las adicciones que poseo y es que en parte han habido cambios, no como para mencionar una reducción de estas, sino mas bien un aumento, gracias a un único individuo capaz de volar mi cabeza en cinco meses. Partiendo del hecho de que, aun considerándome una niña, siempre me ha parecido irresistible el chocolate, una obsesión que me hace temblar y ceder, pero junto a ése se unió la dulzura de sus labios, un manjar que nunca me cansaría de probar, carnosos, rojizos y suaves, perfectos para devorar durante horas. También solía sentarme en el jardín de mi casa con la única intención de admirar la luz de la luna y cada estrella cercana noche tras noche en silencio, ahora aprecio siempre que puedo el brillo de sus ojos, azules como el cielo y tan resplandecientes como el mismísimo sol. Adoraba mantener intactas a mis muñecas, porque eran lo más valioso y hermoso que tenía, hoy día gozo de cuidarle, mantenerlo a mi lado, se convirtió en alguien importante, quizá el más precioso. Pasaba madrugadas en vela leyendo historias fantásticas, paseando mi tacto en las solapas y hojas de diferentes libros, y desde su llegada no puedo evitar trazar figuras abstractas con las yemas de los dedos a través de su cuerpo descubierto, una superficie maravillosapara acariciar, tanto como el oso panda que obtuve de su parte. Era amante de las flores, regarlas, recogerlas y disfrutar de su aroma, luego de conocerle noté que su perfume masculino era una de las esencias más exquisitas y peculiares, tanto como el primero. Siendo una pequeña me sentía atraída a conocer nuevas personas, pero cuando lo traté; supe que la personalidad tan inusual y agradable que poseía, terminaría siendo la más admirada y querida por mí. Recalco que la gente mantiene aficiones, sin embargo, mi obsesión se formó a principios de año, una adoración que nunca pensé experimentar, pues un rubio se robó mi corazón, resultó mi droga, fue quien satisfizo las ganas de amar que tanto ansiaba dar y recibir. Es todo lo que quiero y necesito, así tal cual, sus defectos lo hacen mi delirio, mientras que sus virtudes me enloquecen. Dicen por ahí que te convences de pasar tus días de agobio o alegría con la primera pareja que consigas, no obstante, yo salí premiada al toparme con él y, sería imposible negar cuán dichosa y afortunada me siento, la verdad, tampoco me importaría mucho el abusar de ésa fascinación a quien le llamo Bu, mi verdadero placer no tan culposo.