Notes

Quizás se te haga largo y común, pero lo escribo con todo mi corazón, el cual te pertenece. Quiero expresar lo afortunado que soy por tenerte, por el hecho de que me aceptes y me aguantes cuando la mayoría del tiempo sé que te molesto.
Empezaré por contar nuestra historia, donde poco a poco nos escribimos y poco a poco agregamos una página más. El día en que hablamos; ese diecisiete de mayo. No podía creer que en verdad me estuvieras contestando, te veía como una cuestión de suerte. Te veía tan diferente y lejano a mí. Desde el primer día no hacía algo más que ver tus fotos y perfil. Tu belleza me cautivó por completo, llamaste mi atención y nunca creí que yo lograse llamar la tuya, aun mucho menos por mi personalidad, la cual mostraba evidentemente en mis publicaciones. Nuestras conversaciones se volvieron más constantes, cada vez me acostumbraba más a ti y a tus ojos azules. Después de unos días me abrumé por completo con el hecho de que me atrajeras, y cuando Maggie me decía que nos shippeaba aun sin saber nada de nosotros me asustaba más. Amaba cada detalle que tenías conmigo, cuando eras una completa ternura y me llenabas de stickers, hasta cuando me bloqueabas por todo y por nada. En un momento sentí que tal vez era correspondido, moría porque llegaras cualquier día a saludarme, y contarme todo de ti en miles de mensajes. Decirme como había sido tu día y cuales eran tus gustos y disgustos.
Mi sentimiento crecía cada vez más por ti, y estaba triste porque en ese entonces me dijiste que te gustaba alguien más. Me cerraron en Facebook y fui a twitter. Pasaron unas semanas y no sabía nada de ti, me convencí que era por el destino y que lo nuestro era imposible. Me llegó tu mensaje en twitter y sentía mi corazón bombear por lo mucho que te extrañaba. Desde ese día nos unimos aún más, nuestras noches desvelándonos eran los momentos más perfectos para mí. Donde me podía expresar y te hacía saber indirectamente lo mucho que me gustabas.
Pasamos por momentos muy especiales, hasta el día que me dijiste que sí. No me sentía seguro y tu reacción fue lo mejor que me pudo haber pasado. Moría por ti, y aun lo hago. Eres mi ángelito. Recuerdo el primer día que dijiste que me amabas, esperaba que te corrigieras diciendo que solo me adorabas, como ya había pasado anteriormente. Pasaron los segundos y el mensaje seguía ahí y supe que era cierto, me amabas y yo te amaba mucho más, te amo mucho más y créeme que lo seguiré haciendo. Estoy tan nervioso escribiendo esto como hace tres meses donde te pedí que fuésemos algo más.
Ya se está haciendo extenso y quiero agradecerte por todo lo que me brindas, por todo lo que entregas a nuestra relación. Prometo dar igualmente todo de mí, cuidarte y protegerte como nunca. Eres lo mejor que me ha pasado, la casualidad más hermosa. Estoy enamorado de ti, de tu linda sonrisa, de la forma en que me recuerdas al cielo; libre y único, de la forma en que se lleva a cabo el azul de tus ojos, de cada una de tus ocurrencias y de cada uno de tus hermosos defectos. Sé que no soy perfecto, pero trato de serlo para ti. Aún sigo intentándolo, cada día más. Necesito todo de ti, cada palabra que me dices, cada beso que me das. Siempre que me necesites tú a mí, ahí estaré a tu lado apoyándote, porque soy tu amigo también y sabes que puedes confiar en mí. Y en caso de que seas la última cosa que veo, quiero que sepas que eso es suficiente para mí porque todo lo que eres, es todo lo que voy a necesitar. Te amo completamente, Des.