Notes

Te amo más que lo que simples palabras podrían explicar, más que lo que los hechos podrían siquiera demostrar.
Desde el primer instante que te vi supe que eras especial, supe que deleitarías cada uno de mis sentidos y conquistarías cada parte de mi alma. Sin previo aviso te cruzaste en mi camino rocoso, me mostraste una luz salvadora que sólo tú eras capaz de otorgar y allí supe que te convertirías en mi pilar fundamental, en un sueño colmado de plenitud que finalmente se había hecho realidad.
El color azul de tu mirada colisionó con el mío y en ese instante comprendí que no podría escapar de aquella mirada asemejada al cielo luminoso que reina en un día de verano. Fue allí cuando simplemente entendí que serían aquellos ojos los únicos que querría ver durante el resto de mi vida.
Sin duda te has convertido en mis instantes, en mis segundos más valiosos, porque tú me has enamorado, me has enamorado con aquella personalidad transparente, leal y luminosa. Tú simplemente has atrapado cada centímetro de mi alma con aquella jovialidad desmedida que tu ser posee, con aquella vivacidad que me contagia con tan sólo contar con tu presencia irreemplazable. Eres el arcoíris después de la tormenta, aquél que está repleto de gran variedad de hermosos colores brillantes que preciso para admirar todo aquello que me rodea con una visión positiva y colmada de una verdadera motivación.
Cuidarte es uno de mis mayores anhelos, porque eres tan delicado y frágil como los pétalos de una rosa pero al mismo tiempo posees la valentía suficiente que te permite extender tu mano y otorgarme aquella protección que preciso de tu persona para experimentar aquella sensación asemejada a la seguridad, plenitud y quietud en su máxima expresión.
Tenerte en mi vida ha sido mi más grande hazaña, poseer tu auténtico amor ha sido mi mayor recompensa, al igual que ser el dueño de tu corazón latente y de los sentimientos sinceros que tu persona posee. Lo he comprobado con cada suave toque, con cada beso dado de nuestros labios pertenecientes el uno con el otro. Sin duda lo he comprobado cuando mis manos se entrelazan con la suavidad de las tuyas así como también lo he hecho al sentir tu rostro esconderse en la cuenca de mi cuello; haciéndolo tu lugar seguro, aquél en el cual encontrarás protección.
Te he llamado de distintas maneras a lo largo de estos once meses, dulces apodos que sin duda me cautivan al asemejarlos con tu maravilloso ser; sin embargo, hoy puedo decir que eres mi esposo, una simple palabra increíblemente significativa para ambos, porque finalmente hemos dado un paso importante que declara una unión más fuerte y duradera entre tú y yo.
Existieron infinidad de adversidades, momentos colmados de oscuridad que sólo deben recordarse con la auténtica intención de aprender sobre ellos o simplemente para estar conscientes de que pudimos afrontarlos con éxito. Te he conocido, te he querido, te he amado; por ello puedo expresar con total seguridad que en ningún momento desistiría de mi lucha por mantenerme a tu lado, de mi lucha por otorgarte aquella felicidad merecida; porque tú, tú simplemente precisas abrir los ojos cada mañana y encontrarte consciente de que eres amado, de que existe alguien que es capaz de cuidarte, de tomar tu mano y no permitir que tropieces en el intento de avanzar.

Siempre tuyo, K. Siempre mío, D.
28.08.2017