Notes

El frío del concreto atravesaba fácilmente sus medias de red y golpeaba en sus piernas casi desnudas, logrando que el resto de su cuerpo se sintiera helado también. Esa noche en especial hacía bastante frío para ser verano, pero poco le importaba porque sabía que no estaría mucho tiempo más allí afuera.

Ahn Hyojin nunca había sido una niña como cualquier otra, el diagnóstico que le darían más tarde los doctores sería ''Trastorno antisocial de la personalidad'' pero claro que aquello no se descubrió a tiempo, dado que los abusos tanto físicos como psicológicos que ambos padres le habían proporcionado a lo largo de su niñez (hasta el día que su propio papá se deshizo a golpes de su madre) habían afectado de manera tan negativa su personalidad y mentalidad que no había marcha atrás. La empatía era una palabra y sensación desconocida para ella, jamás simpatizó con nadie, jamás nadie le importó (ni siquiera sus progenitores) y mucho menos sintió remordimiento cada vez que era grosera o lastimaba de forma física o psicológica a alguien más.

El orfanato era un lugar que detestaba, estaba repleto de niños llorones y molestos, tenía en claro que a sus 10 años y con su historia de vida era difícil alguien la adoptara pero poco le importaba, sabía (o mejor dicho, esperaba) que la gran mayoría de sus nuevos ''hermanos'' quedarían en la misma situación hasta que cumplieran 18 y los echaran de una patada.

Pero no todo allí era malo... Un par de meses después llegó una niña que en personalidad no tenía mucha similitud con ella pero en cuanto a ideales y pensamientos, era su hermana gemela. Unos cuantos años pasaron y cuando ambas chicas tuvieron edad que ellas consideraron suficiente se marcharon de aquel detestable lugar, otro par de años y ya habían conseguido trabajo (mediante métodos poco éticos) en una estación de servicios a las afueras de la ciudad, pero solo fue cuestión de tiempo para que ambas dieran rienda suelta a su imaginación, utilizando todas las herramientas que tenían a su alcance para conseguir lo que quisieran, sin importarles claro llevarse alguna que otra vida en el proceso.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una voz conocida comenzó a sonar a través del Walkie Talkie que traía en la mano, sonrió ante las palabras que escuchó y se puso de pie acomodando su ropa en el proceso.

— Entendido, cambio.

Respondió aún manteniendo la sonrisa en su rostro.