Notes

Día uno.
Mi viaje había sido exhausto, detestaba despertar tan temprano para abordar el avión que de por sí se retrasó una hora de la programada, por lo que al llegar al hotel en el que me quedaría, llevaron mi equipaje y así tal y como había estado tras las horas de vuelvo me eché a dormir hasta la hora de la cena y vaya qué buen recibimiento me dieron, fue algo encantadora esa bienvenida con mi plato favorito.

Día dos.
A la mañana siguiente y luego de haber despertado al rededor de las dos de la tarde, me alisté y desempaque mis maletas, dejando todo relativamente en orden. Aprovechando mi tiempo libre, me dispuse a bajar e intentar mantener una conversación con otras personas que se hospedaban conmigo en el mismo lugar, recibí aceptación de su parte al igual que una invitación ese mismo día por la noche a una de las atracciones turísticas más reconocidas en Londres, hablo del big eye, una rueda de la fortuna realmente enorme que por suerte nunca estuve sola ya que un chico inglés de buena fe y confianza me acompañó todo el recorrido, entre risas y bromas, pasamos una noche realmente inolvidable, ya que combinaba elementos esenciales en mi vida, adrenalina, diversión y un poco de cariño que no estaba nada mal.

Día 3.
Ya que me había recomendado asistir a uno de los museos más importantes de todo londres, al igual que sus bibliotecas, no dudé en ponerme en marcha hacia esos lugares estratégicos de los que tanto me había hablado algunas personas el día anterior, mi atención se centró en un grupo de personas que admiraban ciertas obras artísticas, entre pinturas, esculturas y exposiciones mi día se basó en ello, disfrutar y relajarme con las mismas. Comprendí los sentimientos plasmados en bocetos de sus creadores y las esculturas que con cinceles habían dado formas, me encantaba el arte y sus diferentes ramas, este había sido mi día de suerte.

Día 4.
Desperté más cansada de lo habitual, así que ese día decidí descansar para recuperar todas mis fuerzas, no hice mucho por no decir nada, a decir verdad me quedé en cama disfrutando de alguna serie o película que había encontrado y esta me resultaba interesante, nada de relevancia en ese día.

Día 5.
Como buen amante del arte que creía ser al igual que una practicante de fotografía, por ser último día en Londres opté por visitar un parque, el más precioso del mundo pensé al estar allá, me encontraba rodeada de árboles, animales inofensivos yendo de un lado a otro, padres con sus hijos pasando un momento juntos después de un día laboral, por lo que no dudé en sacar fotografías de todas las bellas situaciones que ocurrían frente a mis ojos, incluso hice un nuevo amigo, un cachorro que había encontrado algo de comida en mi mochila y a la que cedí dársela, me encantaba estar en contacto con la naturaleza y disfrutar de las cosas que a menudo no podía notarlas por la aburrida rutina de mis estudios y trabajo, esta semana había sido algo que nunca olvidaría.

Recomendaciones.
Las reglas del hotel eran simples, no podía hacer ninguna clase de ruido en exceso por respeto a los demás huéspedes de mi piso, al momento de conversar con las personas tenía que dirigirme a ellos con amabilidad, los museos y lugares de recreación tenía que cuidarlos como evitando dejar basura en ellos, básicamente eso, todo tenía que ser respetado si no quería ningún problema con las autoridades.


Día uno.
Luego de mi llegada a Londres y que los encargados del hotel donde pasaría mi semana me recibieran con sus brazos abiertos, decidí deshacer mi equipaje lo más pronto posible ya que estaba realmente emocionada por conocer dicho lugar y su sinfín de atracciones. El primer lugar al que me dirigí fue al famoso monumento llamado big ben, junto con otros turistas de diversos países disfrutamos de un recorrido por las afueras de él, aprovechamos a tomar fotos, realmente una experiencia extraordinaria.

Día dos.
Por la mañana no hice nada más que tomar un ligero descanso, por lo que desperté un poco antes de la hora de almuerzo que no me llevó más de dos horas terminar y arreglarme para volver a recorrer las calles de Londres. Con destino a la colonia whedterne a disfrutar uno que otro espectáculo artístico, esta vez me concentré en disfrutar de un poco de ópera y vaya que los artistas son excelentes, tanto que pensé que quería ser como ellos.

Día tres.
Aprovechando mi estadía en el hotel, pude hacer unos cuantos amigos que se hospedaban al lado de donde yo estaba, ellos me invitaron al museo Nacional de Londres, con el fin de presenciar una exposición de arte que precisamente tenía lugar esa misma semana, el día pasó realmente rápido, yo quería continuar admirando obras tan magníficas como la de ese lugar, aunque estoy conforme con haber conocido un poco más acerca de la cultura, sucesos importantes, movimientos que marcaron un antes y después en Londres.

Día cuatro.
Tomando en cuenta que estaba interesada en conocer lugares específicos y la historia de estos, con un guía turístico que nos acompañó a nuestro grupo, partimos con destino hacia la famosa llamada tower bridge, que exhibía la historia de sus reyes, reinas y príncipes de Inglaterra en sí, algo muy interesante por conocer.

Día cinco.
Ya por ser el último día de mis vacaciones en nuevas tierras, hice mis preparativos para asistir a una fiesta nocturna cortesía del hotel para despedir a nosotros los turistas en dicho viaje, la nostalgia se hacía presente ya que no quería dejar este lugar por regresar a mi lugar de origen pero tuve una mentalidad positiva y me dediqué a disfrutar lo que fuese posible, al llegar la hora en la que tendría lugar el evento bailé, comí, gocé y me regocijé, el ambiente estaba muy animado y sin duda era algo que nunca podría olvidar. A la mañana siguiente y a temprana hora, tuvimos que partir pero me llevaba buenos recuerdos de este viaje de cinco días.

Recomendaciones.
Tanto en lugares catalogados como patrimonio cultural de allá, nos pusieron ciertas reglas tales como: no debemos botar basura, no debemos arruinar estructuras ya sea manchando sus paredes, etc, debíamos respetar a todos sus ciudadanos y evitar hacer desórdenes públicos ya que los cuerpos de seguridad estaba autorizados en actuar sobre nosotros y reportarnos a migración respecto a un comportamiento de antivalores.