Notes

Te escribo por aquí porque lamentablemente soy muy mala cuando se trata de expresarme frente a frente y teniendo en cuenta la poca confianza que te tengo, no terminaré diciendo absolutamente nada y seguiré guardándome este dolor. Me costó mucho volver a verte como un padre. Nunca entendí por qué te fuiste de la casa, por qué te escapaste de la nada. Porque así fue, te escapaste como un "cobarde". Por años te miré así, como un cobarde. Es más, aún te miro de esa manera. No fuiste capaz de pensar en mi, en tus hijos. Te escapaste una noche, de esas en las que yo iba con mi madre hacia donde mi abuela. Volví y vaya, lo primero que pensé fue "salió como siempre" porque sí, salías y no volvías hasta las horas de la madruga, ya estaba acostumbrada a eso. Pero no, esa vez no fue como las otras. Los cajones estaban vacíos, faltaban bolsos, no había ningún rastro tuyo. No te apareciste por días. ¿Sabes cuanto me dolió eso? Yo te adoraba, eras mi padre. Yo te amaba con todas mis fuerzas, sin embargo te fuiste, no dejaste nada. Ni un maldito mensaje. No creí que la primera persona que me rompería el corazón fuera a ser mi padre, nunca, nunca. Lloré, lloré días enteros. Obligada a crecer, a madurar a tan corta edad para poder apoyar a mi madre. Para tener la fuerza de sostenerla y no dejarla caer. En ese entonces yo crecí, maduré, perdí una infancia. Es más, nunca tuve una infancia decente. Mi infancia fue una mierda, eso, fue una mierda. No logro acordarme de nada positivo. Para más, tampoco puedo sacar de mi mente el día en el que me llevaste a esa frutería, hasta el día de hoy sigo pensando y diciendo "que care raja fue de su parte" porque claro, no hay que ser tontos. Tú para ese entonces ya andabas con ella. Y no le echo la culpa, tú también la tuviste. Hay que ser latentes, tú también la tuviste.

Hubieron años en los que te odié, pero de todos modos oculté ese odio porque por más que me hayas dañado y lastimado, yo no quería hacerte lo mismo demostrando todo aquél odio que sentía por ti, toda la repugnancia que me causabas tú y esa mujer que nunca he logrado pasar. Mi hermano lo mismo, aunque admito que a él nunca lo llegué y llegaré a querer. Él le dio la espalda a mi madre, a nuestra madre. Pero él no se merece que tan luchadora mujer vaya y diga "ese es mi hijo", porque ese, ese tipo no ha hecho nada por ella. Absolutamente nada. Me acuerdo con tanta claridad de esos tiempos, cuando él sólo quería matar a tu pareja, cuando la despreciaba con toda su alma y mágicamente, de un día para otro cayó ante sus pies por los "billetes" porque sí, por eso fue. Nada más que por eso fue.

Y ya dije, yo no soy tonta. He callado muchas cosas, pero para poder confiar en ti, tengo que decirte mis mayores dolores de una buena vez.

Ahora me da pena verte así. Cuando vienes a pagar mi pensión y verte tan cansado, tus ojos caídos, adolorido, con frío, con hambre, se me llenan los ojos de lágrimas. He madurado, ya no te odio. Era una pérdida de tiempo hacerlo, pero déjame decirte algo, aún me cuesta verte como un buen padre después de lo que me hiciste en esos años. Porque yo era pequeña, no sabía nada de la vida. Pero te fuiste y tuve que abrir los ojos de golpe. ¿Sabes cuanto sufrí? ¿Sabes por cuanto pasé? ¿Supiste las veces en las que me sentí mal? No entendía a mi mamá, ella se sentía mal, sentía impotencia por no poder sentir lo que ella sentía. Me odié, me odio. Deseé suicidarme una y otra vez, quizás más de dos veces habré caído desmayada sobre la cama después de tantos cortes en mis brazos y piernas. Tú en ningún momento conociste esas cicatrices, mi mamá si lo hizo. Tú no estuviste ahí para mi, en mis momentos más difíciles. Mi madre quiere que tú seas más apegado a mi, el otro día ella quería llamarte porque tú no fuiste capaz de pegarme una llamada por casi dos días. Yo le dije que te deje, porque en sí, no me molesta. Raramente no me importa el que me llames o no, pero, ¿sabes? Yo no tengo la culpa, esa la tienes tú. Yo no debería de buscarte, tú a mi. Yo no hice nada, tú te marchaste, tú me rompiste. Nunca te sentaste y me preguntaste como estuve todos esos años.

Sé que mis gustos no son comunes (para ti). En su tiempo me sentí mal, porque rayos, tú deseaste a una niña, normal. Tus deseos quizás siempre fueron el comprarme ropa bonita, delicada, rosada, roja, calipso, no sé. Tener a una hija femenina, bonita. Sin embargo terminó saliendo todo lo contrario, hasta con cierto defecto en su orientación sexual. Me dolió, no podía aceptar lo que era por eso. Tenía miedo (no sabía porqué) de que me rechazaras, porque sé que el dolor que sentía por ti aumentaría el triple si era así. Nunca te sentaste a preguntarme como iba mi vida amorosa. Nunca te conté el hecho de que hace tiempo estuve en una relación, yo tenía miedo. Estaba dolida, odiaba a todo el mundo (por culpa de los dos hombres de mi vida; tú y mi supuesto hermano), tanto que yo lastimé a esa persona. La rompí, así como ustedes lo hicieron conmigo. ¿Sabes como terminó todo? Se suicidó, se suicidó. ¿Sabes lo que se sintió? Me escribió una carta diciendo lo mucho que me odiaba, diciendo que toda la culpa era mía. Sus padres me apuñalaron cuatro meses, recordándome todos los días de mi vida el hecho de que yo había matado a su únicx hijx.

Me odio, me desprecio. Me tengo repugnancia. Todos en mi clase tuvieron un padre en quinto básico, y yo no. Porque él se había esfumado como un cobarde, como un cobarde a la cama de otra mujer. Ven, ponte en mi lugar y piensa en todo ese dolor. Ese pasado no se entierra, ese pasado siempre está aquí, en mi presente, recordándome el porqué yo a ti no te puedo ver como un verdadero padre. Porque además de todo eso, tú lo único que hacías era echarle la culpa a mi madre, que ella me metía cosas en la cabeza. Pero nunca fue así. Ella hizo lo que tú no hiciste, ella tomó el rol de madre y padre a la vez. Mira lo fuerte que es, ella si es una madre, una verdadera madre. Ella siempre me decía que por favor te llame si tú no lo hacías, que no sea así contigo, que deje de pensar así de ti. Que por favor confíe en ti. Pero no, yo no podía. Joder, yo solo quería enterrarte vivo y maldecir sobre tu tumba todo el resto de mis días. Por eso estoy tan mal ahora, por eso estoy tan acabada. Porque me hicieron sentir tanto odio, hicieron que la pureza de una niña de no más de siete años se esfumara de un día para otro. Quiero que me entiendas, quiero que me veas y sepas lo fuerte que soy, lo fuerte que ustedes me hicieron ser. No me quejo, está bien. Gracias a ustedes sigo de pie, a duras penas, pero sigo de pie. Puedo jurar a pies juntos que soy más madura que ustedes, que todos ustedes. Que si me preguntan algo de la vida yo sabré responderles como un verdadero diccionario. Porque yo conozco todo lo de la vida, al menos todo lo malo que trae ésta.