Me tomó un largo rato pensar en qué escribirte. Creí que ayer pude decirte todo, pero uno siempre debe darse cuenta de que ya es 'tarde' para en última instancia decir y hacer todo lo que abunda en nuestra cabeza. Quizás todavía no sea tarde, a penas y han pasado un par de horas desde que hablamos por última vez, pero necesitaba escribirte esto. Sé que eres tú, no hay que preguntarse cómo, cuándo ni quién me lo dijo. Una vez te dije que era capaz de reconocerte en cualquier lado, Hikari. Aunque no me lo dijeras, ya me hacía una idea del porqué de todo esto, y quizás no sea yo únicamente la razón, pero sé que soy de las principales. No te atreviste a decírmelo directamente, lo entiendo, tal vez no tenías el valor para hacerlo. Ahora no es que me sienta mejor, pero puedo darme cuenta de que para todo hay un porqué y que yo necesitaba verlo con mis propios ojos para estar seguro. Y lo hice. Cuando te dije que siempre alejaba a las personas, era porque de verdad las cosas son así; de algún modo terminan yéndose de mi lado por el simple hecho de que ya no soy de uso en sus vidas o por mí, porque algo debí de haber hecho. Me siento impotente con cada palabra que te escribo y trato de que las lágrimas no me interrumpan el paso, de que no me nublen la vista para por lo menos ser coherente. Porque sí, también me duele saber que de algún modo te hice daño, a ti, de quien vi tantas cosas y aprendí a conocer por el simple hecho de que confiaste en mí. No lo sé, siento que de algún modo quebré esa confianza ¿no es así? No lo sé. Pero cuando soy consciente de que hice un mal, es cuando más los pensamientos negativos se apoderan de mi persona y no puedo evitar sentirme una maldita mierda. Dudo mucho que eso sea algo que se pueda disolver tan rápido y fácilmente, sobretodo cuando la culpa me carcome. No te equivocabas al llamarme Niño sensible, pero no puedo evitar serlo, mucho menos ahora. En estos momentos se me vienen a la mente pocas de las cosas que llegamos a compartir. No fueron promesas, pero de algún modo quedaron marcadas por la seguridad con la que acordamos llegar a cumplir cada uno de esos momentos; como el de seguir creando recuerdos. Pero lo que más se me viene a la memoria es cuando dijimos que no nos alejaríamos del otro, que no nos juzgaríamos pasase lo que pasase. Por más que no lo quería y no fui capaz de decírtelo ayer, preferí callármelo, porque sé cuando una persona necesita su espacio y puedo percibir cuando dentro de todo eso, yo tengo que ver. Si te soy sincero, ayer te eché la culpa por todo, porque me ibas a dejar, porque me volvía a sentir decepcionado de que fueras igual que esas personas que osan por entrar siempre en mi vida y dejarme, porque seguía y sigo teniendo perspectivas demasiado altas sobre ti y por lo mismo pensé que serías como el resto y que otra vez yo volvía a crearme hologramas de la gente en donde me ilusiono por lo reales que pueden llegar a ser para luego darme cuenta de que todo resulta ser una mentira. Pero aquello fue simplemente por la rabia de creer que serías igual que todos aquellos y aquellas. No fue así, nada ha cambiado, sigo viéndote del mismo modo. Bastaba con que yo abriera los ojos y me diera cuenta de lo que estaba causando. Bastó con que viera cómo se sentía tu corazón en esa respuesta para darme cuenta de que el que falló fui yo. La verdad es que estoy acostumbrado a esto, a que me echen a un lado y se alejen de mí, estoy demasiado acostumbrado. Pero tú, en tan poco tiempo, te volviste en alguien que alcanzó la máxima relevancia en mi vida hasta el punto en que te convertiste indispensable para ella, saqueaste todo de mí por así decirlo, porque no creí que el destino me juntaría con alguien tan maravillosa como tú. Porque así como te permití entrar, así mismo llegué a quererte con intensidad. Es por eso que ahora te escribo estas palabras. Jamás lo hubiera hecho con otra persona, pero aunque quizás esto no sea suficiente, sé que de algún modo podré sentirme un poco mejor al sacar mi dolor. Claro, no es como si fuera algo de sobrellevar tan fácil, pero puedo. No te diré que tú también, siento que perdí el derecho de exigirte y pedirte que estés bien cuando tengo parte de la culpa. Es por eso que antes de irme, quiero que leas esto. Sí, creo que ya es tiempo de que me vaya definitivamente. Necesito hallar el modo de sanar y estando encerrado aquí, permaneciendo aquí, dudo que lo consiga. Sé que te dije que podías acudir a mí, pero es por el bien de ambos el que nos separemos por un tiempo, ¿no? Y no sé qué tan extenso sea ni si nos volveremos a encontrar cuando yo decida volver, de si seguirás estando aquí, pero en todo caso, quiero desearte lo mejor. Eres tan malditamente increíble aunque no lo creas y siempre pensaré de ese modo sobre ti, así, como desde la primera vez en que te vi. Idiotas aquellos que no sepan apreciarlo como siempre te dije.
Creo que ya no me queda más qué decir. No sé si esto será un adiós definitivo o un hasta pronto, pero prefiero dejarlo en lo segundo. Tampoco es necesario recibir una respuesta de tu parte.
Te quiero, Hikari.
-J.
Pd: Vuelve a escuchar esto ( https://youtu.be/tE8acVlz28c ) no me hagas caso en nada de lo que te dije allá arriba y sonríe. Tienes una sonrisa hermosa y agradezco que me la hayas mostrado en su mayor esplendor y sinceridad.