Notes

Todo estaba en silencio hasta que, Tom sacó un megáfono, puso este en el oído de Jack y comenzó a gritar, a la vez que el chico gritaba de dolor. Los demás también tenían uno y lo usaron para agravar el sufrimiento de Jack, hasta que a este le empezó a brotar un hilo de sangre del oído. Sus compañeros se callaron. Luego Tom y otro tipo tomaron a Jack por la silla y lo llevaron fuera de la sala, en ese momento él se dio cuenta de que era de noche. El otro tipo lo tomó por el respaldo de la silla y lo tiró a un lago que se encontraba cerca de allí. Al día siguiente no tardaron en llegar a los diarios la noticia de la muerte de Jackson Ríek. Julia estaba desbastada, amaba a su hermanito.

Tres días después se realizaría una fiesta en la casa de Tom, a esta irían todos ex compañeros de curso de Jack.

Llegó el día 23. Julia estaba en el cuarto de su difunto hermanito y notó algo que la alteró y le hizo pensar que estaba volviéndose loca: una de las máscaras de Jack no estaba, y ella sabía perfectamente que no la había tocado. Era una máscara blanca con olas rojas que surgían de los costados, su hermanito a menudo la limpiaba ya que, fue su favorita. A las 00:30 en la casa de Tom, la fiesta estallaba de alegría y emoción. A las 3:00 alguien toca la puerta, y… a las 3:33 ese ser se va de allí dejando una horrible escena detrás de él. A la mañana siguiente los periódicos rebosaron con la noticia del asesinato en la casa.

La noticia decía lo siguiente: “Fueron hallados 25 cadáveres descuartizados y sin orejas ni rostro en la casa de Tomas Balsid, de entre catorce a dieciséis años de edad, el mismo fue hallado en su baño en el mismo estado que los demás cuerpos. El médico forense sólo pudo identificar a los adolescentes por el ADN de sus cabellos. En la escena del crimen se halló un reloj que marcaba las 03:33 hs, y una de las paredes de la casa estaba escrita con sangre, esta decía: sshh silentium. No sabemos aún quién pudo haber cometido tal acto.”

Julia estaba viendo las noticias y un leve escalofrío recorrió toda su espalda, pues, tenía un gran presentimiento sobre la personalidad del asesino. Se dirigió al cuarto de su hermanito, abrió la puerta, y… Jack se paró detrás de ella.

-Hermano… ¿p-por qué?- Dijo Julia con lágrimas en los ojos.

-Sshh tranquila hermanita… sólo has… silentium.