Notes

Extrañar la mente mas no el cuerpo, cuerpo que nunca tuve, cuerpo que no sabré querer. Hoy salí de casa como no hacía hace tanto tiempo porque no quiero encontrar al sol y darle explicaciones, sabes lo mucho que me cuesta hablar. Mientras caminaba me saludó Fercho, sí sí, el mismo de piel clara y hombros caídos, me contó que por fin se ha graduado y que se mudará a los Estados Unidos, será tan gringo que en un par de meses llegará al barrio diciendo, ''How are you everybody'' sin saber qué significa y con su acento cordobés, ya sabes el pequeño Fer no cambia nunca. También saludé a Doña Clarita que estaba barriendo el frente de su tienda (...) ya está cansada, lo noté por sus manos, apenas y puede moverlas, quise ir hasta donde estaba y abrazarla pero sabes lo mal que se me da el contacto físico. Caminé por muchas horas, recogiendo tus pasos que alguna vez estuvieron juntos, así muy juntitos con los míos. Caminamos con la cara en alto y las dudas como sombras, esquivamos autos y saltamos charcos porque a nadie le gusta ensuciarse las medias blancas, menos vos que eras tan quisquillosa con la limpiesa. Blanca alma naciente en plena primavera ahonda hoy tu ausencia con silencio y mi pena como condena. Recorrí todos los lugares, revisé aquí, allá... Revise mi bolsillo pero no estabas. Mi amor con zapatos cerrados se marchó dejando consigo un camino sin rastro. Estoy perdida sin vos, sin tu voz, sin lo único que me daba algo de inspiración. Aquí todo ha cambiado, es aburridísimo mi cielo, me aburro y no me queda más que sentarme en cama y llorar, llorarte y gritar al silencio que te traiga conmigo, que te siente a mi lado y escondas tu blanca alma en mis brazos. Todos se van, todos se mueren y yo no me entero. El Fercho, la Clarita, todos amor mío! Todos me dejan con el sol expectante a que le dé explicaciones pero yo no quiero. Yo no quiero hablarle porque mi voz no da más, es ceniza y me ahogo con cada frase, cada verso romántico que no te canté. 'Bendita aquella de labios rojos que sube por tu espalda recordándote la muerte, maldito mis sentimientos de helecho marchito, pequeño, sin luz ni muerte. Sin suerte mi amor.' No doy más, ni escribir puedo. Vaya mediocridad la mía. Recuerdo tu boca pronunciando: No involucres sentimientos dónde nadie los ha llamado. Aquí tengo mis sentimientos, el teléfono y tu número en mano. ¿Dónde estás? (Buzón de mensaje)