Ojalá pudiera explicarte lo especial que eres para mí. Existen tantos ejemplos que podría darte, pero ninguno sería suficiente para que te des una idea de la cantidad de aprecio que estoy dispuesto a brindarte por muchísimo tiempo. Quizás si te digo que desde que llegaste a mi mundo, la vida dejó de ser tan opaca y descolorida, como si hubieses llegado con un pincel en mano para pintar a colores vivos hasta los rincones más pequeños de mi corazón, podrías tener en mente una mínima, pero muy mínima aproximación a la cifra indefinida y cada vez más alta que no logra, ni logrará limitar mi cariño hacia ti. Aún recuerdo esa caminata de regreso a casa luego de haber pasado un espléndido día en el parque la primera vez que nos vimos, cuando opté por esconder mis manos en mis bolsillos cuando todo lo que yo quería en ese momento era entrelazar mis dedos con los tuyos, y me fascinaba la idea de saber que tú querías exactamente lo mismo. Y, a lo que viene esto es que, me siento tan feliz y afortunado de saber que hoy en día no siento vergüenza y tengo derecho de tomarte de la mano en cualquier lugar. No oculto que con tan sólo mirarme haces que me olvide de cómo respirar, o que cuando tengo tu cuerpo frente a mí se puede comparar con encontrarme en un museo de arte donde cada simple facción tuya es perfecta, o que me dejas sin palabras cuando me das el privilegio de ver una de esas hermosas sonrisas de las cuales he sido testigo durante un mes, que me pones el mundo de cabeza cuando atraviesas la habitación, que cuando no estamos juntos mi mundo es oscuro, y de sólo volver a hablarte se encienden todas las luces de cada simple ciudad existente, que me despierto en las mañanas y te pienso a ti primero que a nada, que te veo a mi lado en un futuro lejano y placentero, que me haces temblar hasta los vellos cuando efectúas el más mínimo roce sobre mi piel, en fin. No oculto ninguna sensación causada por ti porque me siento orgulloso de cada una de ellas. Eres perfecto. Y cada cosa que haces, dices o causas es igual de perfecta, créeme que sí. Lo sé, porque eres una persona demasiado correcta, y no lo digo porque me gustas y me quitas el aliento, lo digo porque te he estado viendo por todo este tiempo, analizando cada simple cosa tuya, y me convencí de que realmente vales la pena. Eres alguien digno, puro y brillante, y te lo voy a recordar cada día. Y, Dios, Ąrthy, te juro que amo todo de ti. Podría decir que amo hasta la manera en que mueves tus labios cuando hablas, amo cómo tus ojos se vuelven más pequeños cuando sonríes, o cómo eres capaz de apagar el universo cada que cierras los ojos, volviéndote tú la única fuente de luz, porque créeme que cuando dejas caer tus párpados y no hay nada que puedas ver, el mundo se detiene para verte a ti, a la perfección en carne y hueso. Amo tus manos y el tacto que ellas conllevan, amo tus ojos, tu boca. Todo aquello que viene haciendo ajeno a tu voluntad e intención termina fascinándome por completo, porque inconscientemente sueles trasladarme a la cima del cielo. Y odio verte mal. Odio cuando las personas no son capaces de ver un poco más allá a su entorno y percatarse de la cantidad inexplicable de belleza que tienen frente a sus narices. Detesto cuando el mundo no se comporta como lo mereces, es algo que me llena de muchísima impotencia, porque sé que en tu bonita carita de ángel siempre, siempre debe existir una inmensa sonrisa deslumbrante, y esa faceta distante y cortante que sale a la luz cuando algo malo sucede me rompe en mil pedazos. Hoy, en tu cumpleaños, quiero que sepas lo valioso que eres. Porque cada simple segundo a tu lado es digno de ser descrito individualmente, con todas las sensaciones y conmociones que rellenan mi cuerpo al tenerte, porque pasar un día a tu lado es como un día más de gloria. Al conocerte, me di cuenta de apenas comenzaba a vivir. Y la primera vez que me besaste, juré haber muerto y revivido cinco veces seguidas y sin siquiera darme cuenta. Porque sí, en ningún momento me di cuenta de lo mucho que llegaste a gustarme, o de todas las cosas que soy capaz de hacer por ti hoy en día. Sabes que te apoyo y te acompaño incondicionalmente, pondría las manos en fuego por ti sólo para defenderte y cuidarte de todo tipo de daño en tu alrededor. Siento la necesidad de crear una burbuja protectora que te englobe completamente para vivir despreocupado sabiendo que mi ángel es incapaz de recibir cualquier acto de agravio. Estar contigo es como navegar en un mar de caos junto a la más grande maravilla tomándome de la mano. Anhelo con todas mis fuerzas que este sólo sea el comienzo de una gran historia, porque sé que tengo muchas más cosas que escribirte, quizás una biblia entera no sea suficiente, pero siempre hago mi mayor esfuerzo por resumirte en pequeñas palabras mi amor. Y te juro que me gustaría inventar nuevas formas de demostrarte lo hermoso que luces ante mis ojos todo el maldito tiempo, nuevas palabras o acciones, pero me es imposible describir la gran preciosidad que tú posees. Prometo que no existe nada que me sane y me alegre más que estar a tu lado y que me pertenezcas completamente, porque el sólo hecho de recibir un "hola", "buenos días", "te quiero", o cantar juntos y decir cualquier tontería para hacernos reír me llena de vida. Feliz cumpleaños, amor mío. Espero que tengas el mejor de los días en compañía de todos tus seres queridos, y jamás olvides lo mucho que vales para mí, mi angelito.