Notes

Al quedar de verse con su querida Bugabu, dejo a sus hijos con su esposo un rato, así ellos harían travesuras juntos, por lo que luego de salirse de casa a escondidas de los pequeños fue al encuentro de su amiga.
Una vez se encontró con Jeonghwa, recorrieron casi todas las tiendas que tenía el lugar hasta acabar un poco agotadas y hambrientas pero ni así dejo de mostrar su alegría al estar con la mayor.
Decidieron comer en una cafetería que les recordaba a París, por lo que entraron bastante emocionadas, sin duda su siguiente salida tendría que ser a ese lugar.
Sejeong estaba acomodando algunas de las bolsas en otra silla mientras escuchó a JeongHwa preguntar acerca de su matrimonio, al instante un sentimiento de felicidad la invadió al pensar en su esposo. A veces se sentía un poco avergonzada cuando le preguntaban, ya que nunca podía parar de hablar sobre ellos y su vida de pareja, al igual que de sus pequeños.
— Bueno, estar casada es algo maravilloso, claro que siempre hay peleas, unas muy tontas y otras demasiado fuertes. Siempre he dicho que alguno tiene que ceder algunas veces.
Mi esposo y yo hemos pasado por muchas y enserio, muchísimas cosas que nadie sabe, pero siempre he dicho que tengo a un marido encantador y sobre todo que es el padre de mis hijos.
Si te soy sincera, no creí que él y yo estaríamos juntos por tanto tiempo, desconfiaba de él pero aún así, siempre quise arriesgarme a estar juntos.
Leo es el amor de mi vida, aún si tuviera otros amores, nadie se compara con él, por que el es único, es un poco torpe, pero a veces es uno de sus encantos. Me hace sentir tan especial y sobre todo aún después de tres años siento ese cosquilleo al verlo, me pongo nerviosa y me sudan hasta las manos. Cuando me abraza, me hace sentir protegida, me hace sentir que no necesito nada más si lo tengo a él.
Por que Leo es mi hogar —.

Dejó escapar un suspiró mientras observaba algún punto de la mesa, recordando aquel día en que lo conoció por lo que la sonrisa en su rostro fue algo dulce y con algo de nostalgia, realmente amaba a ese hombre. Pronto dejo de pensar en eso volviendo su mirada a la chica y riendo, se sentía tan boba por perderse en sus pensamientos.
— ¿Y tú, mi bella Jeonghwa? ¿Aún no hay algún chico? Realmente sería lindo verte casada y quizá con un par de niños, que sean tan preciosos como tú —. Preguntó de forma amistosa sin dejar de ver a su amiga.