Notes

primero
mueres para poder respirar
aprendes a ver el color de las cosas
así de verde la piel
y amarillo el cielo
para que los pulmones sigan nadando
y tus vidas floten.
Espero que esos pedazos de cristal
los logre suavizar con todos esos gritos
años
y luz.
Esa que estoy conociendo
y no espero que entiendas
cuando te digo que todo vuelve
cuando toco el suelo
y te veo bailar
e intento recordar
cómo se supone que no podría querer llegar
de marte a tus ojos
y repetir
y darle a rewind.
Me he hundido tanto como para saber cómo se sobrevive de tantas ganas de morir, y sólo espero que las cosas no se vuelvan de papel otra vez. No soy hecha con acero, pero tuve que aprender a ser de algún material mucho más inteligente.
Porque dentro del carbón van las hojas, dentro de los espejos están tus puertas, y mis voces. Está la Ariana, está la Chenoa, y está ese abismo. Éste último es el que vino primero, y me alegro que le de la bienvenida a las otras personas. Escribo porque es todo lo que conozco, hago poemas porque los espacios sin métrica llenan mis pulmones de agua bendita; sólo espero que entiendas que no controlo. Pero sí siento. Y escribo. Y vuelo.