Notes

Buenos días; buenas tardes; o buenas noches. Según a qué hora del día decidas leerme. Honestamente, no sé qué decir ni cómo comenzar esto. Así que iré por puntos, como siempre.

Me he pasado todo este pasado martes trece queriéndote escribir. Porque como considero conocerte un mínimo; he creído que lo mejor era dejarte ese espacio y ese tiempo que (probablemente) me hubieras pedido. Como ha sucedido en otras ocasiones. Y porque, sinceramente, tampoco quería escribirte y que como contestación a mi escrito me dijeses justamente esto. Me habría dolido, o molestado; o un poquito de todo. Y habría sido peor. Aunque igual hoy me contestas justo eso y :))))) Pero bueno. A mí no se me caen los anillos por pedir perdón. #dato.
Yendo a lo importante; no quiero que sigamos enfadados. ¿Vale? Y como parece ser que, el lunes, hiciste caso omiso a un punto importantísimo del mensaje. Pues te lo repito hoy: "Te echo de menos".

1. Lamento mi comportamiento. Lo lamento, de corazón. Y sobre todo, lamento mis formas del lunes. Y mi último mensaje. El: "Bah. Que te den". Estuvo ¡muy!, fuera de lugar. Pero mucho. Estaba muy enfadada. No es justificación, pero... Me perdió la boca. Y no sabes cuánto lo siento.
2. ¿Qué me pasó la noche anterior? Que te dije, por activa y por pasiva, que no quería y que dejasemos el tema. Y aunque sé que lo hiciste con toda la buena intención del mundo, porque yo eso no te lo discuto, sé que fue así. Joder, te conozco; pero en el momento me reventó. Porque además te advertí que me estaba agobiando. Y continuaste insistiendo. Deberías de haberlo zanjado cuando yo te lo pedí... Porque aunque juraría que no había un "por favor"; fue prácticamente una súplica.
3. ¿Hice mal desactivando? Seguramente, sí. Pero te lo juro, que en el momento, era lo que me pedía el cuerpo. Y dudé. Joder sí dudé. 10 minutos de reloj. Pero al final me dije que tú lo habías hecho en otras ocasiones y yo tenía el mismísimo derecho. Iba a volver al día siguiente. (Pensé en abrir justo al minuto; pero vi que cerraste sin ningún tipo de problema y me pudo esa actitud). Estaba claro. No aguanto veinticuatro sin saber de ti. Y de hecho, lo hice. Aún no pudiendo por mi mala conexión; abrí.
4. Iba con toda la buena intención. De verdad que sí. Pero tú me torciste con los comentarios. Sobre todo con el: "Me has hecho daño". ¿Por qué? Porque no soporto que me hagas un comentario de ese calibre, así, a la ligera. Hacer daño son dos palabras con un significado muy grande. Al menos, para mí. Y si por "nimiedades" (y no lo malinterpretes; por algo lo he entrecomillado) consideras que te hago daño. Voy a pasarme la vida haciéndotelo y... No. No es una idea que me guste, Josh. Porque daño es lo último que quiero hacerte a ti. Por mucho que ahora, quizá, puedas pensar lo contrario por mi actitud. Dime que te dolió, o molestó. Pero no que te he hecho daño porque es muy fuerte. Y no fue para tanto... Piénsalo fríamente. No fue tan trascendental como para herirte gravemente.
5. No soporto, y te lo digo de verdad, ¡no soporto!, que la conversación la inicies y la finalices cuándo a ti te da la gana. No puedes dejarme un mensaje en el que después de dejar claro lo que pienses des por finalizada la conversación. Porque eso no es así. No funciona así. Tú también eres una persona madura, ¿no? Demuéstralo. Mi voz también cuenta y mis sentimientos también. Mi postura y mi opinión. No puedes tratar de imponer sólo tu postura sin importarte lo más mínimo la mía. No puedes dar por hecho y asumir que sólo lo pasas mal tú, ¡porque nada más lejos de la realidad! Yo también lo paso mal. Fatal. Por mucho que, desde tu punto de vista, la culpable inicial de todo fuese yo.

Porque esa es otra, Josh. No hay que buscar culpables. Porque, ya te lo dije hace mucho tiempo; si yo he cometido un error, antes o después, lo asumiré. No porque me repitas reiteradamente lo mal que hago las cosas voy a asumirlo más rápido. Y me he equivocado en las formas. Y en cerrarme en banda, en vez de hacerte saber en ese preciso instante lo que me molestó. Pero a veces me pueden los impulsos... Y lo siento, de verdad. Porque te lo juro que sigo creyendo que en la comunicación hemos dado pasos de gigante. Aunque ahora hayamos retrocedido un poquito. Yo sé que esto va a hacernos más fuertes... No me cabe duda. Y espero que a ti tampoco. Espero.
Déjame ser. Es lo único que te pido. No trates de cambiarme ni de imponer siempre tu voluntad. No me "obligues" a regalarte los oídos. (En el sentido de que te diga justo lo que quieres oír, cuando deseas oírlo). Esa no soy yo, Josh. Esta sí. Con defectos y caos a mi alrededor. Pero asumiendo los errores que cometo, con la cabeza fría. Que es cuando realmente importa. Y lo hubiese hecho el mismísimo lunes, pero tras tu mensaje y las insinuaciones... Acabamos peor. Hicimos de un grano, una montaña. Hicimos, Josh. Ambos. Porque dos no pelean si uno no quiere. Por muy cliché o tópico que suene. Es algo real... ¿No?

Y... Puf. Ya es muy tarde. Y no sé si se me olvida algún punto. A lo mejor sí. Pero voy a proceder a mandarte el mensaje ya. Porque te lo prometo; no aguanto un minuto más sin ti. Te extraño... De verdad, lo hago.
Y te necesito. No sabes cuánto.

Por favor. Perdóname.