Notes

GATO OVERLORD: EL ASCENSO AL TRONO
Autor: PKMN Goromoiz
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INTRODUCCIÓN:
Primero los humanos creen que son los dueños del mundo, cuando en realidad, sólo son unos ambiciosos y, en vez de preocuparse por el pueblo, se preocupan más de ellos mismos sin importar lo que le pase a los demás.
Y después... ¡Vamos! ¡Si os lo podéis imaginar!
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CAPÍTULO 1: EL GATO QUE ESCAPÓ DE SU VIL IMPERIO


Era un día normal y corriente, mientras maltrataban a Gato... Como siempre. Gato era un gato gris con rayas negras. El rey Clausto y la reina Kalse lo maltrataban por diversión, y cuando estaban enfadados... Unos sádicos que encontraban la diversión dentro de la desgracia de los demás.

-¡Oh, mis majestades!- Dijo un juglar que pasó por la corte de los monarcas, poniendo una voz de esas de teatro-. ¡El imperio vecino nos ha declarado la guerra! ¡Estamos perdidos! ¡Nos atacarán con...! ¿Cuántos eran...? A ver... ¡Ah, sí! ¡Nueve cientos y pico de soldados!

Como que el juglar era estúpido, nadie se lo creyó.

-¡Vil estúpido!- Rugió el rey Clausto-. ¿Qué haces asustándonos?

-¡Pero es la verdad!- Protestó el juglar... Y, evidentemente, era verdad.

Unos piqueros enemigos empezaron a gritar mientras que unos ballesteros lanzaban flechas de fuego al imperio; unos soldados musculosos, con una hacha atada en la espalda, cogían sus arietes de acero y rompían las puertas del muro y otros se subían en los muros con escaleras de madera. El rey Clausto y la reina Kalse se asomaron por la ventana y vieron cómo los enemigos penetraban los muros rugiendo.

-¡¡DEFENDED!!- Ordenó el rey.

La reina Kalse se tapó la boca mientras el pánico se extendía más y más. ¿Es el fin? El rey se puso su armadura y cogió su espada dorada y un escudo con un dragón dibujado en el centro; bajó rápidamente y entró en la guerra.

Los centinelas y los demás defensores del imperio real luchaban ferozmente, pero claro, ellos eran más que los invasores. El rey Clausto rugió (aunque más bien chilló) y, en vez de usar su majestuosa espada, empujaba a golpes de escudo a sus enemigos. Al cabo de media hora de combate, el ejército invasor fue derrotado.

Todo el imperio celebró la victoria felizmente (obviamente) y elogiaron al rey. Después de siete horas de celebración, el rey volvió a la corte junto a su esposa, y, después, se fueron juntos en la habitación, agarrados de la mano. ¿No es evidente que a Gato no le gustó nada que la reina Kalse le obligara a bajar a ese frío y duro suelo? Hizo un maullido de horror y se estiró al suelo. Gato quería más amor.

Así que intentó abrir la puerta, pero claro, no sabía cómo. El rey cerró la puerta con llave, y Gato no llegaba hasta el pomo. ¿Qué tenía que hacer para entrar? ¿Y cómo? Se quedó pensativo... Pero de pronto, sus planes se vieron interrumpidos por un fuerte gemido de placer que hicieron que el pelo de Gato se pusiera de punta, como un erizo. Le recorrió un escalofrío insoportable en la espalda y corrió con un ''Meeeeeuuuuu'' horroroso. (Pero como que el rey y la reina estaban gimiendo, no pudieron escuchar los maullidos aterradores del gato.)

Gato llegó hasta la taberna, en la cual, había un mago. Aquel mago, al ver a Gato, le preguntó que qué hacía allí, pero después de descubrir en ese momento que no sabía hablar con animales, hizo un hechizo de magia y empezó a maullar.

-¡Ha bebido demasiado!- Gritó uno.

-¡Pero qué dices, subnormal!- Dijo otro-. ¡Si en el imperio han prohibido el alcohol!

Así que tomaron al mago por loco y se lo quedaron mirando. Unos optaron por llamar a un doctor, así que se fueron corriendo a por uno... Mientras que la conversación entre el mago y Gato seguía:

-¿Así que ha pasado eso?- Preguntó el mago.

-Sí- respondió Gato asintiendo-. Estoy deprimido. ¿Cuánto tiempo llevan ahí? ¿Dos años?

-Hmmm... ¿Sabes?

-¿El qué, vil mago que seguro que me mete en un problema?

-¡Que todavía no he terminado lo que iba a decir!

-Oh, perdón...

-Bueno, ¿quieres abrir la puerta de la habitación?

-Mejor no, paso. No quiero un trauma...

-¿Eh? ¡Si seguro que ya habrán acabado!

-Oh... Bueno, pues en ese caso sí.

-Vaaaaleee...- Dijo el mago y sacó un frasco con un líquido lila-. Tómate esto y ya verás cómo podrás abrir la puerta... Jejeje...

-Vale... Pero no puedo: ando en cuatro patas y no sé cómo sujetar cosas...

El mago se agachó, le cogió de la nuca a Gato y le hizo beber el líquido. Más bien le ayudó. No sabía a nada.

-Y ya está...- Dijo el mago-. No te preocupes, ¡ahora lárgate de aquí!

Y el gato se largó sin decir ''gracias''.

Llegó a la corte e intentó abrir la puerta, pero de pronto... ¿Estaba de pie? ¿Cómo? Dejó el pomo de la puerta a un lado y empezó a dar vueltas. Estaba caminando en dos patas. De repente, apareció un noble que no era muy noble.

-¿Así que la reina Kalse te ha enseñado a caminar en dos patas? ¡Salta desde la ventana y déjame en paz! Jajajaja-. Se burló el noble sin ser noble.

-¿Eh? ¿Yo? Lo siento, si salto desde la ventana seguiré vivo: tengo ocho vidas... Sería mejor que te lanzases tú, ya que sin tu presencia, todo el imperio se alegraría y nadie te echaría de menos...

-¡¡¡EL GATO HABLAAAAA!!!- Chilló el noble sin ser noble y huyó.

¿Habló? ¿Cómo? Y se acordó de la poción. Seguro que fue eso. Y sin más dilación, abrió la puerta y se encontró al rey y a la reina metidos en la cama. Estaban durmiendo. Gato se sentó en la cama y los miró a los dos, con su típica mirada misteriosa kawaii. Y la reina se despertó y se encontró a Gato.

-¿Qué haces por aquí?- Preguntó y bostezó.

-¡Hola!- Saludó Gato y se puso de pie.

-¡¡OH DIOS MÍO!! ¡¡GATO ESTÁ POSEÍDO, HABLA Y SE MANTIENE DE PIE!!

Y el rey se despertó y toda la nobleza llegó a la corte con armas... Y se lanzaron sobre Gato. Pero como que Gato es un gato, escapó fácilmente, corriendo como tal. No sólo escapó de la corte, sino que también de todo el imperio sin saber hacia dónde ir. Estaba perdido en la oscuridad de la noche y desconocía completamente las afueras del imperio.

¿Dónde estaba? Completamente perdido, claro... Gato sintió un gran vacío en su interior y vomitó, no una, sino dos o tres bolas de pelo seguidas. Se sentó bajo un árbol, se tapó la cara con sus patas y comenzó a llorar.

·Continuará...·