Notes

Hoy es 27 de febrero, lo cual significa que estamos cumpliendo dos meses. Si lo piensas, dos meses es poquito tiempo, pero si te digo que son 1440 horas, ¿te suena eso a un número más grande? Porque a mí sí y sé que, de todas esas horas, hemos pasado juntos la gran mayoría, porque es increíble que siempre tengamos qué decir. Contigo siento una comodidad que nunca sentí con nadie, contigo puedo ser el más idiota, el más nerd, el más tonto, pero sé que nada de eso hará que te vayas, porque tengo la fortuna de que me ames con la misma intensidad que yo te amo a ti.
Estar contigo, Daria, para mí es lo mejor que me ha pasado y no lo digo por lo feliz que me haces, sino porque sé la gran mujer que tengo a mi lado. Te juro que, si te miraras de la forma en que yo lo hago, no tendrías tiempo para tus momentos tristes, porque eres la persona más hermosa, tanto dentro como por fuera. Mi amor, tu corazón es el más maravilloso que yo he conocido y muchas veces crees que eres tontita por permitir que te pasen cosas malas, pero hoy yo quiero decirte que es muy fácil alejarse de lo que nos hace daño, pero es más difícil perdonar y quedarse ahí como tú lo haces, y eso es lo que te hace la chica con el corazón más maravillo del mundo.
Hay tantas cosas que te hacen especial para mí, como por ejemplo ese amor que tienes por los libros y que tengo que admitir que poco a poco me lo vas contagiando, porque ya hasta accedí a leer uno de ellos, el cual sé que podría leer en unas cuantas horas, pero no quiero hacerlo, porque lo leo por las noches y es lo que me hace sentir un poquito más cerca de ti cada noche mientras duermes. Gracias a Dios no me ves cuando te estoy escribiendo esto, porque me verías sonrojado como idiota por lo cursi que estoy sonando.
Hablando de tu libro, te dije hace unos días que lo estaba leyendo con tanta detención que hasta marqué algunas cosas que me gustaron y hay una que quiero decirte, porque me recordó a ti y a nuestra historia, habla de las cicatrices. “…las cicatrices son muy importantes, hay que lucirlas con orgullo, porque cada una, pequeña o grande, cuenta una historia, tan pequeña o grande como quieras.” Cuando éramos amigos, ambos fuimos capaces de ver las cicatrices del otro y no estoy hablando de las cicatrices físicas como la del hombro del tío Paco, estoy hablando de las del corazón y de cada una de las cosas que en el pasado vivimos, porque como dice él dice, cuentan una historia, y créeme que de ti espero llegar a descubrir hasta la más mínima cicatriz, porque quiero conocer hasta la más pequeña historia de tu vida.

Así como esa frase me recordó a nuestra historia, también me hizo pensar en los mejores recuerdos que tengo sobre nosotros y decidí que quiero compartirlos contigo, porque quiero que sepas lo que han significado esos para mí.
1. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Fue en uno de esos grupos que hacen tus amigas. Recuerdo que siempre te vi de lejos, pero cuando estuve ahí me atreví a molestarte con tu singular saludo: “Hola, bebesaurios”. Nunca creí que tu respuesta sería burlándote de mí, pero desde ese momento pude corroborar mi visión que tenía de ti, la cual era que, mi amor, de danger no tenías ni el saludo. Perdóname, pero tengo que decirlo.
2. ¿Recuerdas la primera vez que te hablé directamente a ti? Fue extraño, porque estuve más de un mes sin atreverme a hablarte y cuando lo hice, ni siquiera fue un saludo, fui directamente a molestarte. De esto recuerdo que tú y yo éramos los peores colgados del mundo.
3. ¿Recuerdas cuando me contabas que soñabas conmigo? Recuerdo que el primer sueño que me contaste fue el de la puerta. En ese momento yo ya comenzaba a verte de otra forma, pero no veía que eso pasara de tu parte, de hecho, ese sueño me lo contaste como algo típico de amigos que estaban al teléfono, y yo me decía a mí mismo que no tenía que hacerme ilusiones, que soñar conmigo no significaba nada. Cuando el segundo sueño llegó, el del parque y el pollito, fue ahí que vi una pequeña puerta de esperanza, como esa puerta que la gente le deja a los perritos para que entren a casa, así de pequeña era la puerta que vi. Sentía que no podía ser casualidad que soñaras conmigo, pero aquel pensamiento se fue quebrando cuando te dije que te llevaría al parque alguna vez para que te dieras cuenta de que jamás te trataría de esa forma y tú sólo reíste. Espero que hayas escuchado ahí mismo mis esperanzas rompiéndose.
4. ¿Recuerdas la primera vez que yo te conté que estuviste en mis sueños? Pues fue mentira, porque esa no fue la primera vez que soñé contigo, pues tú en mis sueños estuviste desde mucho antes, de hecho, ellos fueron una de las cosas que me llevaron a darme cuenta de que no te veía sólo como una amiga. O sea, mi amor, prácticamente te besé en más de un sueño, estaba siendo un completo tonto en no aceptar lo que hasta para mi mente estaba siendo obvio.
5. ¿Recuerdas nuestro primer beso? Si te soy sincero, pienso en el todos los días, la manera en que tus labios se rozaron tímidamente con los míos hasta que te decidiste a besarme realmente. ¿Cómo olvidar el momento en que me sentí que había encontrado mi lugar al fin? ¿Cómo olvidar la tranquilidad que tu cuerpo cerca del mío me transmitió por primera vez? Es imposible, mi amor, es imposible olvidarlo.
6. ¿Recuerdas cuando te dije que te amo? Yo lo recuerdo perfectamente, estábamos teniendo una falsa pelea, entonces te dije “Me siento estafado por la mujer que me tiene enamorado”. Fue algo que me salió de la nada, ni siquiera me di cuenta de que te lo había confesado hasta que me preguntaste “¿Por quién te sientes estafado, bebé?”. Ahí me di cuenta de que ya no podía seguir poniéndole un freno a lo que me estabas haciendo sentir, entonces te lo dije, esas dos palabras que comenzaba a sentir incluso antes de que te pidiera ser mi novia. Decirte “Te amo” fue un alivio, pero a la misma vez, fue una preocupación, porque no sabía si te pasaba igual y te lo dije una vez, me daba miedo ir muy rápido y arruinarlo todo, pero no fue así.
7. ¿Recuerdas nuestras salidas? Tengo que confesarte que no fueron al azar, porque te llevé a cada lugar en el que estuvimos en nuestros sueños, el parque, el zoológico y la playa. Esa fue la primera promesa que te cumplí, porque un día te prometí que nuestra realidad sería mil veces mejor que esos sueños, y para mí cada una de esas salidas fueron especiales. Porque, mi amor, ¿cómo olvidar nuestras sesiones de besos frente a los tigres del zoológico? O, ¿cómo olvidar esos besos en el mar? Tampoco podría olvidar nuestra conversación en esa banca del parque, porque no importa el lugar, siempre se sentirá como estar en mi lugar favorito si estás a mi lado.
8. ¿Recuerdas cuando te dije que no soy cursi? Pues, se me están yendo a la mierda esas palabras por tu culpa.
9. ¿Recuerdas la primera vez que dormimos juntos? Porque yo la recuerdo perfectamente, sobre todo porque nunca me sentí tan afortunado como cuando desperté la mañana siguiente y te tenía entre mis brazos. Nunca me sentí más completo que en ese momento, porque solo deseé que no acabara nunca. Y hoy, luego de todas esas noches que hemos pasado juntos, puedo decirte que no hay mañana en la que no me sienta el hombre con más suerte.

No sé cómo serán las cosas desde este punto, Daria, quisiera decirte que todo será fácil, pero no lo sé, sólo tengo la certeza de que pase lo que pase, seré el idiota en medio de la tormenta que sostenga ese paraguas para cubrirte de la peor lluvia que esté cayendo sobre nosotros.