Notes

GATO OVERLORD: ASCENSO AL TRONO
Autor: PKMN Goromoiz
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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
Zekkon y Gato entraron en el imperio del rey Josefe engañando a los guardias que eran médicos de plagas. En la corte, el rey Josefe cayó en picado en la trampa y pidió ser el primero en ser ''curado''. Una vez a solas, Zekkon intentó matar a Josefe con veneno, pero cambió de idea y decidió no matarlo, pero, los piqueros vieron a Maximiliano y a Tun prisioneros en la diligencia.
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CAPÍTULO 6: ¿DESCUBIERTOS?


-Bien-. Dijo Josefe cambiándose-. ¡Ahora a curar a la nobleza!

-No... Bajaremos al pueblo-. Objetó Zekkon.

-¿Por qué?

-Porque las cosechas...

-¡Oh!

Y Zekkon y Gato salieron de la corte. La reina no les dijo que le echaran un vistazo a ella. Tenía un mal presentimiento.

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Zekkon le dijo a Gato que le preguntara a todos y a todas si estaban a gusto con el rey Josefe, y Zekkon haría lo mismo a su cuenta. Y, por separado, hicieron lo que tenían que hacer. Al cabo de quince minutos, Zekkon y Gato obtuvieron una grandísima información sobre los gustos de cada persona: pensaban igual. Odiaban al rey Josefe.

-¡Perfecto!- Dijo Zekkon y se quitó la máscara-. Soy Zekkon, el bandolero. No os preocupéis, os ayudaré en todo. De todas maneras, yo nací en éstas tierras y mi familia era como una que tenéis vosotros. (Pero fue ejecutada injustamente.)

-¿Y qué harás, Zekkon?- Preguntó una mujer-. ¿Cómo nos ayudarás?

-Os ayudaré (bueno, ayudaremos) en una condición: tendréis que buscarnos algún que otro escondite que nos oculte de los guardias del rey. Aunque crean que somos médicos de plagas, tarde o temprano pueden descubrir nuestro auténtico paradero.

-¿Pero cómo nos ayudarás?- Preguntó un niño.

-Saquearemos la corte del rey y una parte de los recursos que consigamos serán vuestros-. Dijo Gato, sin quitarse la máscara.

-¡Nos parece bien!- Dijeron algunos hombres-. Con éste tiempo tan nublado, os será fácil esconderos. Ahí hay un bosque. Si queréis, podéis esconderos ahí... Pero si hay tormenta...

-No os preocupéis por...

-¡¡ASALTANTES!! ¡¡BANDOLEROS!! ¡¡IGNORANTES!! ¡¡DESGRACIADOS!!- Intervinieron unas voces muy familiares. Y era Josefe con su corcel y con un ejército entero-. ¡¡¡CÓMO OSÁIS MENTIRNOS!!!

-¡Zekkon! ¡Tenemos que hacer algo!- Dijo Gato.

-¿Dónde está el bosque?- Preguntó Zekkon.

-Ahí.

Y Zekkon corrió rápidamente agarrando a Gato por su pata hacia el bosque. Y unos nubarrones dejaron caer un trueno. <<Espero que les haya caído sin querer... Pero si es a propósito, pues a la cabeza del rey...>>, pensó Gato, mientras que Zekkon se lamentaba por no haberlo matado cuando tuvo tiempo. ¿A dónde tenía que ir ahora? Ya estaban en el bosque y la tormentá los saludó ''amablemente'', así que, cuando vieron una cueva, no tardaron en ir hasta ahí.

Era una cueva con unas antorchas que la iluminaban por dentro, aunque estaba bastante mal iluminada. Zekkon susurró a Gato que no bajara la guardia.

-Esto puede ser la guarida de algún bandolero como nosotros...

Gato asintió. En la cueva había una humedad insoportable y, cuando ya estaban lejos de la entrada, Gato se quitó la manta y la máscara, ambas mojadas, al igual que el sombrero de paja. Zekkon dejó la máscara al suelo y se quitó la gabardina.

-¿Y qué haremos si vienen bandoleros?- Preguntó, nervioso, Gato.

-Enfrentarnos o cooperar-. Respondió, tranquilo, Zekkon.

-¿Y tú que crees que harán los bandoleros?

-Nos tomarán como intrusos y nos intentarán capturar. Pero si les decimos por qué estamos aquí, quizás...

Y se escuchó a un caballo y una voz femenina.

-¿Es el rey?- Preguntó Gato levantándose y apuntando con su ballesta hacia una sombra que vieron.

-Ssht- Hizo Zekkon-. Sí, ahora el rey se ha convertido en chica...

-¿En serio?

-¡Que no, tonto!

La sombra se acercó más. <<Cuando te diga que dispares, dispara>>, le dijo Zekkon a Gato en la oreja. <<Y cuando te diga que me des un pescado bueno, dame uno mejor>>, le respondió Gato.

Y la desconocida también vio la sombra de Gato y de Zekkon.

-¿Quién anda ahí?- Preguntó desenfundando su espada.

-¿Disparo?

-No, todavía no.

-¡Lo vuelvo a repetir una vez más o recibiréis!

Y Zekkon se levantó, desenfundó su claymore y le ordenó a Gato que le siguiera. La chica, al ver a Zekkon y a Gato, cogió una lanza e intentó matarlos sin decir nada más... Pero Zekkon cogió la flecha con una mano, sin saltar. Era una chica pelirroja, con los ojos azules y un poco alta; llevaba una chaqueta de piel de oso y unos leotardos, con unas botas de piel.

-¿Quiénes sois?- Preguntó la chica.

-Somos bandoleros-. Respondió Zekkon. Gato seguía apuntándola-. Hemos escapado del rey Josefe en un intento de saqueo.

-¡Creí que era la única!- Dijo ella-. ¿Cómo os llamáis? Y veo que le has enseñado bien, a tu gato...

-Zekkon, Zekkon Lombard-. Respondió el bandolero.

-Yo me llamo Gato.

-Vanda. Me llamo Vanda-. Dijo ella-. He oído hablar de ti.

-Yo de ti no-. Respondió Zekkon con una sonrisa, y se quitó su sombrero de mosquetero, dejando al descubierto, su melena negra.

-Pareces uno de esos caballeros del rey, que son serios y eso... Pero claro, te has afeitado y no tienes cara de viejo... No sé... Eres joven.

-23 años es demasiado.

-¿Eh? Yo tengo 22.

-Oh.

-Yo tengo tan sólo dos años y mirad lo que sé hacer...- Respondió Gato, bajando la ballesta-. ¿Pero por qué dices que es joven? ¡Eso ya lo sabemos!

-Porque la mayoría de los bandoleros son cuarentones con barba...- Respondió Zekkon.

-Podéis quedaros aquí hasta que se acabe la tormenta-. Les dijo Vanda y acompañó a su caballo blanco hasta al final de la cueva-. ¿Dónde vivís?

-En una casa, bueno, en una ''ex-taberna''.

-¿Está lejos?

-No, está demasiado cerca... Dos horas.

-¿Por qué eres tan irónico?

-Quéjate después...- Dijo Gato-. Pero es buena persona...

-¿Un bandolero que es buena persona?- Preguntó Vanda.

-Sí. Somos justos. Bandoleros justos. Cumplimos nuestras promesas y eso.

Después de doce horas en la cueva, se hizo de noche y los nubarrones se esfumaron, y dejaron un cielo azul oscuro despejado, con un poco de estrellas brillantes. (Así que dejó de llover, ¿eh?)

-Venga, vámonos, Gato-. Dijo Zekkon-. Bueno, Vanda, un placer haberte conocido, pero ahora tenemos que volver a nuestro hogar.

-¿Puedo venir con vosotros?- Preguntó ésta-. Después de todo, os he dejado mi cueva.

<<Si no nos la hubieses dejado, ahora mismo ya sólo te quedaría el cadáver>>, pensó Gato. Zekkon le preguntó a Gato si le parecía bien, y éste asintió. Así que, Zekkon, Gato y Vanda salieron de la cueva y se fueron hasta el carro de la diligencia. Vanda se sentó atrás, con Gato, en cuanto a Zekkon, se sentó hacia delante y, con fuerte latigazo a todos los caballos (excepto a Blast), empezaron a ir de vuelta en la casa.
Gato dejó el sombrero de paja en la entrada del castillo.

·Continuará...·