Notes

El chico estaba apunto de entrar por la puerta del lugar concretado cuando esta se abrió de manera repentina, dejando ver entonces a Kyle D'Pointe y a Marie Kestner, su padre y la que por aquel entonces era como una especie de madrastra. Ambos miraron al muchacho con una expresión que este no pudo dar sentido alguno en un principio, pero con el transcurso de los segundos empezó a cobrar algo de noción. Solo podían estar allí por una razón, su madre, su enferma y frágil madre.

— Sam, sabes que últimamente tu madre ha tenido más complicaciones de lo normal, su respiración ha fallado continuamente y han tenido que reanimarla en varias ocasiones...— La voz de su padre se quebró al decir aquello y Samuel temió lo peor en ese momento, por alguna razón sabía cual iba a ser la noticia, pero deseó que no fuese aquello, le pidió a todo lo que formaba el mundo que no fuese aquello que estaba imaginando. — Sammy, lo siento, le queda un día, quizás dos, pero no más, puedes ir a...— Las lagrimas ya habían empezado a recorrer sus mejillas incluso antes de mencionar el tiempo que tenía, ¿Por qué estaban allí? ¿Por qué habían dejado sola a su madre en sus últimas horas de vida? Ella odiaba la soledad, odiaba sentirse apartada, ella...Antes de que lo procesara ya estaba corriendo fuera de aquel lugar en dirección al hospital, su respiración era acelerada, su pecho subía y bajaba con rapidez, sentía como sus piernas fallarían en cualquier momento, sin embargo no dejo de correr en ningún momento, aún cuando casi cae por el esfuerzo realizado, corrió y corrió hasta que llego a la habitación de su madre. Se deslizó por la puerta, se colocó a uno de sus costados mientras tomaba una de sus huesudas manos y empezó a hablar con ella :

— Sé que he sido un chico complicado, he cometido millones de errores, te he dado dolores de cabeza y he hecho que me grites infinitud de veces, pero...Eres lo más importante que tengo en mi vida, eres la única persona que ha estado siempre junto a mi, eres quien secó mis lagrimas, quien me dio ánimos aún cuando ni tú misma podías con tus problemas, mamá, eres lo más valioso que tengo, no me dejes, tengo que aprender muchas cosas de ti, ¿No ves que sin ti no soy nada? Por favor, te lo suplico, no me dejes, por favor. — Se detuvo por varios segundos para secar algunas lagrimas que le impedían ver, poder tomar aire y continuar con sus palabras. — Dicen que solo aprecias las cosas cuando las pierdes, pero puedo asegurar que siempre he apreciado todo lo que has hecho por mi. Has sido una gran madre, la mejor que podría haber pedido, a pesar de las muchas discusiones y riñas, aunque te haya dicho que no te quiero, lo hago, lo hago demasiado...Te amo mamá, con todo mi corazón...— Tres pitidos...dos...uno...Una vez más estalló en llanto, su pecho dolía tanto en aquel momento que preferiría la muerte a aquella tortura tan agonizante, apretó la mano aún caliente de su progenitora y se sumergió en aquel lloró tan profundo y lleno de tristeza.