Notes

Y aquel día, ese nublado día fue el que determinó el cómo viviría el resto de mi vida, fue aquella situación la que cambió absolutamente todo mi mundo. Ella ya no estaba allí, ella solo se había ido, sin previo aviso, sin una carta de despedida, solo desapareció de mi vida, se esfumó como el humo que escapa de mis labios cada mañana, como el sol al caer la tarde, se fue y algo en ese momento me dijo que no volvería a verla nunca ; con el tiempo empecé a corroborar esto, aunque he de admitir que aún espero que vuelva junto a mi, como un niño sigo esperando que me envuelva con sus cálidos y protectores brazos, es mi...Mi consolación, mi tonta forma de superar algo que sé que nunca llegaré a olvidar del todo por más que lo desee.
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Lyon, Francia - 2007. (15)

— Espera, me importa mucho eso. Tu altura no es la normal, creo que el mundo se acabará por ello, ¿Qué será de nosotros?. — La voz de Samuel poseía un tono burlón al pronunciar aquellas palabras. A pesar de no haber prestado gran atención al chico que se encontraba unos pasos más allá de él, cierta información no pudo evitar llegar a sus oídos por la gran insistencia puesta por el ajeno sobre aquel tema.

— Muy gracioso, Sam, no todos podemos ignorar todo lo que no sea comida o por lo menos se parezca a ella. Podrías ayudar un poco con ese coco tuyo y darme una buena solución.

— No lo sé, oigo tus palabras, pero no puedo evitar ignorarlas, es como que mi cerebro no quiere hacer caso a tontas palabras de un chico reprimido por no tener la altura promedio, ah, espera, arreglaré eso último. — El joven de cabellera pelinegra detuvo sus palabras unos instantes, llevó una de sus manos hasta su propia barbilla acunando esta para poner cara pensativa y momentos después volver a hablar. — No tengo gran interés en escuchar a un hobbit reprimido que no puede llegar a Mordor por sus cortas piernas, eso mismo, es justamente lo que quería decir desde un principio.

En aquel momento Luka dio grandes zancadas hasta donde se encontraba Sam, este podía notar el gran enfado que el contrario tenía, sin embargo no dio un paso atrás, en realidad ni siquiera se levantó de su ligero apoyo sobre una mesa, tan solo alzó una ceja y esperó a ver la reacción ajena.
— No eres más que...— Las palabras de aquel chico fueron detenidas por una voz más grave, esta sonaba a través de los altavoces colocados en algunas esquinas del lugar, de ellos procedían las siguientes palabras : — El alumno Samuel Di Pointe, asista lo antes posible a dirección, allí se le dirán cosas de suma importancia. — En el rostro de Samuel se podía leer el gran desconcierto de la situación transcurrida, incluso tardó varios instantes en comprender las palabras dedicadas a su persona. Tras entrar en razón rodeó al chico que se había encontrado frente a él segundos atrás y empezó su caminata hasta dirección, no sin antes formular las siguientes palabras: — Tendrás que ser más rápido la próxima vez, hobbit.