Notes

En un momento de mi vida había cerrado las puertas de mi alma, impidiendo que todo ser se sobrepasara. Me aterraba la idea de volver a poner mi corazón en las manos de otro que no sea yo mismo, que se aprovechara de mis sentimientos. Todo el camino era oscuro, hacía demasiado frío y el mismísimo cielo estaba gris, lucía demasiado triste. Vagaba por ahí, perdido en mis pensamiento y luego lo ví, era el diablo, dueño de la oscuridad. Su castaño cabello brillaba, sus ojos eran perlas azules sacadas del profundo mar, su piel te tentaba a tocarla y hasta besarla, y finalmente sus labios... ¿Era real? Lo desconocía. Siempre fui considerado como una persona curiosa, que busca lo prohibido, y él lo era. Era una persona prohibida. Sin embargo, las ganas por tenerlo únicamente para mi, eran grandes y ya no podía parar hasta conseguirlo. Desde lejos lo observaba, estaba atento a cada mínimo movimiento hasta que dí aquel paso. Su mirada era fría y penetrante, tenía clavado sus ojos sobre mí pero el miedo nunca llego, solo sonreí. Tengo mis encantos, algo provocativo y tentador, agregándole una pizca de inocencia. Mientras más pasaba el tiempo, más sentía que lo amaba ¿Quién iba a imaginar que estaría enamorado un ser como él? Alguien tan inalcanzable, tan precioso. Hubo una noche en donde el alcohol dominó mi cuerpo, la verdad salió a flote. Se enteró de que lo anhelaba, de que anhelaba su cuerpo y su alma. Esa noche sentí su mano quemar todo mi cuerpo, sus finos labios marcando mi piel hasta lograr un rojizo hermoso, nuestros cuerpos formando uno solo, con movimientos suaves y placenteros. Mi cuerpo solo para él, ahora le pertenecía. Lo amaba, lo admiraba, nunca sentí el corazón latir de esta manera por nadie. Ya no pienso en el futuro, prefiero vivir el presente a su lado, disfrutando de su compañía, hundiéndome en sus brazos.
Ambos quedaron flechados en ese mismo momento, aquel chico rizado le ofreció su corazón al diablo para que lo cuidara y protegiera, el diablo aceptó, pues él también terminó amándolo de la misma forma. Es una historia con comienzo pero sin final, por que ellos no quiren que lo tenga.