Notes

Escuché llorar a un piano, sus melodías tristes eran como lágrimas que caían por el un rostro ¿De dónde provenía aquel sonido? ¿Por qué tanta tristeza en sus notas? Parecía una despedida. No somos concientes del dolor que podemos llegar a causar con un simple adiós, yo no me había dado cuenta que mi ausencia lastimaba un alma. Fue entonces que mi mente hizo una jugada y terminé por aparecer nuevamente aquí. No dude en buscarlo y rogarle que me perdonara, le pediría perdón de rodillas hasta que él me concediera su perdón. Solía sentirme solo en mi cuarto, y era ahí en donde lo hacía más presente, no podía evitarlo. Su rostro se repetía una y otra vez en mis sueños, lloraba pensando que lo dejé solo. En cuestión de segundos mis lágrimas tomaban camino hasta el final de mi cuello, golpeaba mi cabeza contra la pared, estaba atormentado con la imagen de él odiándome. ¿Tan difícil fue el no poder confesarle que estaba enamorado de su persona? Era duro mirarle a la cara y decirle te amo, más allá de la amistad. Algunas personas no necesitan estar cerca para estar juntos, nostros eramos un claro ejemplo de eso. Pero mírenos ahora, lo tengo entre mis brazos besando sus labios, perdiéndome en su mirada y agradeciéndole un centenar de veces que me permitiera ser parte de su vida. Yo era una pequeña flor simple y aburrida en medio de su gran jardín de rosas, tulipanes, margaritas, cada una de ellas con sus encantos pero, él solo me sonreía a mi, sus ojos siempre finalizaban en mi. Mis pensamientos me engañaban, una voz en mi cabeza gritaba que él terminaría con cualquiera menos yo. Pero no siempre los pensamientos se hacen realidad. ¿Saben? La vida elimina a peronas de tu lado, para traer a otras mejores, lo comprendí. Ahora estoy sobre las nubes, comportándome como un adolescente enamorado de la persona que siento que es la correcta. Todavía falta una eternidad para que esto llegue a su final, no esta en nuestros planes acabar este amor que, sin darnos cuenta nació desde el primer momento. Lo amo, te amo, y sí, sé que lo leeras. Te lo dije una vez, lo que siento no tiene una palabra que lo defina exactamente, pero estaré gustoso de encontrarla, para decírtelo de rodillas mientras tomo tu mano. Mi mundo, mi cielo, mi escudo, mi todo.