Notes

A quince minutos de que comience la medianoche, estoy aquí, puliendo mis escritos y en específico para ti. Dos meses y contando, ¿cuántos nos faltan? Siendo sincero, no lo sé y si me cruzara con un sujeto que fuese capaz de hacérmelo saber le diría que no, que no deseo saberlo porque de eso se trata el amor, de ser testigos de el, apreciar lo mucho o lo poco que tenemos a diario, los mimos, las caricias, las miradas; incluso el tomarnos de las manos, tomarte de la mano ha sido lo más hermoso y pacífico que he sentido a lo largo de los días, por cada día que te llevo de la mano, mi interior florece y carece de temor, ansiedad y soledad. Podría estar rodeado de tantísimos rostros pero si el tuyo, no está en esa multitud entonces estaré más que solo, estaré perdido en el recoveco de mis añoranzas, echándote de menos, anhelándote a mi lado porque de tu mano, me vuelvo valiente, me vuelves intolerable, fuerte, capaz, único y sin igual. Hemos hablado en numerosas ocasiones acerca de lo mucho que nos amamos, describir como me haces sentir y lo mucho que te adoro me haría gastar miles de papiros que quedarían ilustrando mi amor por ti, y digo, ¿por que no? Debería empezar a escribir pero tan solo sería un romántico más, tomado a la ligera con el ego bastante alto y el corazón sangriento. Te he dicho que brillas, y brillas tan lindo, y me contagias de ese brillo y entonces brillamos juntos, y no te miento, tú le das ese brillo a la estela de mi alma, le regalas la luz a éste ser oscuro y entonces a tu lado, soy quién soy, puedo ser quién soy y entonces dejo de ser invisible, imaginarme el mundo a tu lado es la promesa de un día mejor, un día que le regala mejor sentido a mi momento, a mi ilusión. Estamos juntos por fin, cómo debemos estar, te deseo felices dos meses a mi lado, gracias por dejarme ser parte de ti, de tu vida y de encontrarme en tu camino pero sobre todo, de hacerme un espacio en tu vida, más allá de todos y de todo, te amo, te amo un mundo, y hasta el infinito.
«Doy gracias al cielo, por haberte conocido, por haberte conocido, doy gracias al cielo. Y le cuento a las estrellas, lo bonito que sentí, lo bonito que sentí, cuando te conocí»

Con cariño, Fox.