Notes

Cuando despiertes, te encontrarás con una tarjeta apoyada en un dragón alado de peluche sentado a tu lado en la cama. El dragón te hará sentir que tiene él propiedades místicas cada vez que vayas a abrazarlo, pues podrás sentir como si fuera capaz de absorber cualquier emoción y pensamiento negativo que vengas sentir en el futuro, devolviéndote su opuesto. Mientras eso, en la cocina, en el centro de la mesa, un Black Forest gateau esperándote al lado de una maceta conteniendo hermosas tulipanes rojas.

/ . . . /

Amada mía,

Feliz día de San Valentín.
El día que nos conocimos, nuestros corazones encontraron un hogar el uno en el otro. Tú has hecho que yo viniera desear instalarme por la eternidad de un segundo en tu vida desde el primer momento. Quedarme un segundo en tu compañía. Un «segundo» del conejo de Lewis Carroll. Un segundo después del otro y tantos como pueda. Un segundo construye los infinitos — algunos más grandes que otros según el matemático Georg Cantor. Yo deseo que vivamos juntos uno de los infinitos más grandes que hay, pues si nuestro amor fuera un árbol, sus anillos serían innumerables.

Yo te quiero, kalon.

Yours truly,
Dreamcatcher.