Notes

¿Quién me iba a decir a mí que estaría otro 1 de marzo escribiendo con tanto placer?
No sabría ponerle un punto de partida a esta historia ya que, aunque te vi por primera vez un “diecitantos” de septiembre, no fue hasta unos días más tarde cuando me di cuenta de la joya rubia que tenía sentada al lado :)
Son ya muchas andanzas juntos–aun con tantos kilómetros de distancia–y, con tus veinte, quería volver a recordártelo: mil gracias por todo. A pocas personas puedo agradecerles más. Con el paso de los años me di cuenta de que tu paciencia, tu sinceridad y tus ganas de anirmarme valían millones y entono el mea culpa por no haberlo sabido aprovechar cuando te veía cada día :(
Por el contrario, ahora, volvemos a vernos cada x tiempo y me alegro enormemente de verte tan única como siempre. Sigues siendo esa chica risueña y conversadora–aunque llevaras el camuflaje de borde y fría–que ponía las notas más claras en mi bachillerato tan oscuro.
Confío en que las cosas vayan bien allá donde vayas y que jamás tires la toalla; porque si hay algo que aprendí de ti, es que siempre se puede luchar aunque tengamos todo el viento en contra.

De todo corazón, felices veinte, cielo.

Que cumplas más sueños que años. Un abrazo enorme.