Notes

Katya Elizabeth Ramos Espinosa;

Hace unos días llegas a mi mente, no sé porqué. No sé cómo. No sé ni comprendo. Mi cerebro parece haber reprimido tu ausencia para no pensarla, pero es imposible.

Te pido por favor, a este punto, que si realmente no quieres saber más de mí, no continúes leyendo.
Ahora que estás advertida, creo que puedo seguir.

En primer lugar, contarte un poco de mí (sin sonar arrogante). Me salí de la universidad como sabes. Una tía mía, hermana de mi papá, dio positivo para COVID-19. En casa todos hemos estado bien. Parece que incluso el próximo ciclo en marzo, será 50% presencial. Decidí regresar a la universidad, son clases que se pueden pasar un poco más fácil, pero no me enorgullece. A veces me arrepiento de haberme salido, eso generó ansiedad en mí. Intenté buscar un psicólogo, estaban cerrados. Te había prometido que lo buscaría. Mi amiga de secundaria, con quien pocas veces crucé palabras, estudia psicología. Está regalando ayuda de momento. Hablé un poco con ella, pero te explicaré más adelante. No me arrepentí al 100% porque gracias a ese tiempo libre descubrí una nueva habilidad (maquillar) y creo que estoy bien con eso. Me serviría para ganar ingresos extra. Doggy estuvo por morirse. El veterinario me dijo tres veces que necesitaba dormirlo. Fue el peor año de mi vida, el jodido peor año. Yo me rehusaba a aceptar algo así. Tiene unsificiencia renal crónica. Un día de junio, solamente caminó hinchado. Arrastraba el cuerpo. Le daba dulces de envoltura y no corría a mí. Le dolía vivir. Y a mí me provocaba lo mismo del hecho de verlo así. Lo llevé a la playa. Le di todo para que sea feliz ese útlimo tiempo. ¿Sabes qué? Llamaba día a día a cancelar la eutanasia. No podía. Cómo dejar ir a mi bebé. Se me caía la existencia. El día llego. Lo llevamos. El doctor quedó sorprendido. Doggy tiene tumores en algunos órganos, benignos. Un riñón casi no funciona. La próstata está inflamada y aprieta su colon. Hace que tenga estreñimiento (en ese entonces). Y tenga duros cólicos. No podía apoyar una pata. Estuvo horrible. El doctor notó que hubo una milagrosa recuperación, y sigue conmigo. Con medicina cada vez que lo necesita, pero el precio no importa. Me desmayé una vez.

Cortando con eso. Mis clases inician el 17. Mi cerebro está en todo lugar menos en el ciclo próximo. Pienso demasiado. Aprendí a ser reservada. Y creo que estoy deprimida. No lo sé, es sumamente difícil de saber hasta ir a un sitio profesional.

Estas últimas tres semanas te he pensado mucho. Siempre he tratado de evadir el extrañar, sea cual sea la circunstancia, y lo sabes. Sé que sí. También sé que sabes que mandarte esto, me es imposible. Es raro. Pensé que te conocía, pero siento que ya no. Ya no porque no sé cómo vas a reaccionar a esto. No espero una sonrisa. Quizá me odies. Quizá hasta te hayas detenido en las primeras líneas cuando te dije que si no querías saber, no sigas. Hasta podría ser que te cause náuseas y lástima. Pueden ser tantas cosas, pero ninguna sé. Te voy a pedir, que si llegaste hasta aquí, pienses por ti. Elizabeth. No amigas, no terceras personas. Un amigo me dijo que debería dejar todo como quedó, pero no le hice caso. Te pediré que si respondes, que lo dudo mucho, lo hagas pensando bien las cosas. De igual manera en caso sea el adiós. (Me da risa escribir eso porque el adiós en todos los idiomas fueron los bloqueos en cada plataforma que me diste). Me doy pena. Al inicio de esta nota sí quería mandártelo, pero ahora ya no quiero. Siento que te vas a reír de mis emociones y es una fobia que debo tener, sí.
Estaba borrando mis notas y encontré una compartida contigo. No escribí nada, pero puse un espacio. Quizá te haya llegado la notificación y me hayas recordado. Quizá pusiste cara de disgusto.

Elizabeth, todo esto me es muy difícil. Reconozco que el sentimiento acabó. Pero continúo pensando, ¿tantos años para terminar así? Es decir. Te conocí en 2016, es 2020. Me conociste cuando tenía 15 años y hoy tengo 19, casi 20. Compartimos múltiples cosas. Múltiples planes de ir a México o que vengas a Perú. ¿Todo se echó a la basura? Reconozco el daño, Elizabeth. Te pido perdón por ser la peor pareja que alguna vez hayas tenido. Incluso si ya no me cuentas como tal. Me es alucinante pensar que cinco años no sirvieron de nada. No fuiste algo pequeño en mi vida, al contrario. Sé que me marcaste y a mis 60 años seguiría recordándote perfectamente, de buena manera, sin contar el final. Y por eso me molesto tanto, porque debe ser que la jodí, la súper cagué, pero no me gusta el final. Ya sé que no quieres nada conmigo, no es ese mi punto sobre este texto. ¿No habrías pensado en la posibilidad de mantener un lazo sano y amistoso? Puedo escuchar tus carcajadas desde México hasta aquí.
"¿¿¿En serio, Nicole??? Jajajajajjaajjajaja." Así te imagino. Supiste todo de mí. Te infiltraste en mi mente de manera que me leías cual libro, cosa que no permití en nadie más, incluso Sebastián. También supe de ti. Quizá fui de lo que más recuerdas esos últimos años en la escuela. Así me pasa contigo, recuerdo solamente estar al pendiente de ti. Al inicio, por enojo, habría deseado y anhelaba con fuerza que no haya dedicado todo ese tiempo a ti. Pero está bien, sabes. Fuiste alguien buena, no negativa. No me puedo quejar por algo así, entonces dejé de desear que las cosas hayan sido distintas.

En fin, terminando con la escasa (o nula) dignidad que me queda. Habría deseado que las cosas sean diferentes. Claramente sé, sin problema, que otras personas lleguen a ti, pero de verdad, me hubiera gustado ser más pacífica y poder hablar hasta el día de hoy. No es lo que quieres. Este no es un texto para regresar, por favor no lo tomes amoroso porque siento que es claro que no, por ti, por mí. Estoy recurriendo a buscarte, en el mejor término, como cuando nos conocimos. Aunque el mundo diga que dos ex's no pueden ser amigos. Te pido perdón por cualquier daño que te haya hecho. No soy una persona perfecta, jamás lo sería. Te pido perdón, discúlpame. Me comporté tan inmaduramente cuando no debió ser así. Si alguna vez, me notas en una taza de té o en un libro, espero que sepas que te escucharé.

Si llegaste aquí, te lo agradezco. Si me vas a responder con sarcasmo o burlándote de mí, por favor déjame en visto. Con poner una "x" en respuesta me será suficiente para entender que no habrá respuesta que desees escribir. No sé cómo se bloquea en iCloud, pero no necesitarás hacerlo, porque si no respondes, no te volveré a buscar más. No molestaré. Solo necesitaba sacar esto de mi pecho. Me sería imposible empezar el semestre con mi mente llegando a ti en la madrugada. No sé si te mandaré esto, pero si llegas a recibirlo, estaré orgullosa de mí. Sería la primera vez que pierdo pena por algo que sí quiero.