Notes

28 de enero de 2018

Este diario era un regalo para ti Esther; todo fue idea de tu madre, ella pensaba que escribir podría ayudarme a comprenderme mejor a mi misma, a volverme más fuerte de lo que ya era y a superar todos mis traumas. Fue una valiente. Más bien una imprudente. En aquel entonces aún estábamos en la etapa en la que la visitaba por las noches en su trabajo para alimentarme y aún no eramos amigas del todo, además, se la jugó demasiado cuando se le ocurrió preguntarme por mis padres... Bueno, creo que si en algún momento llegas hasta aquí, a estas alturas, sabrás que no es un secreto que su abandonó me quebró por dentro y nunca fui capaz de superarlo. Aquella pregunta me hizo sentirme como una gata herida que intentaba escabullirse para lamer sus heridas en soledad; tal vez porque hasta la fecha, nunca había permitido a nadie que se acercase tanto a mi como para conocerme hasta ese punto.

Creo que acertó pero que también se equivocó; creo que ahora me conozco un poco mejor y por eso ahora puedo confesaros que aunque era fuerte, no lo era tanto como parecía o me creía. Supongo que no importa como de fuerte seamos, ya que al final los traumas siempre dejan cicatrices... Por eso entiendo por lo que pasaste cuando te atacó la sombra y no te haces una idea de cuánto lo siento Esther, nunca quise que todo esto sucediese pero también sé que ni esto ni nada podrá devolverte esa seguridad que te arrebataron por mi culpa. Ya lo sabía entonces, cuando tu madre me propuso escribir en este diario, que de algún modo u otro mi presencia en vuestras vidas os afectaría negativamente pero si decidí continuar escribiendo fue porque quería que tú también me conocieses mejor y todo lo que había hecho a lo largo de mi vida... Sabía que no importaría qué hiciese o que haría en el futuro porque Shannon siempre encontraría cualquier excusa para defenderme y no apartarme de vuestras vidas y la verdad es que yo tampoco quería hacerlo; ojalá hubiese escuchado a Dan cuando le decía que era un peligro para vosotras y ojalá tú, cuando hubieses leído todo esto, hubieses sido la fuerte por las tres y la hubieses obligado a alejaros de mi. Tal vez así nunca hubieses conocido a las sombras ni lo que dejarían de este mundo al que una vez llamaste hogar pero supongo que nunca leerás esto, ya que Dan nunca me dejó escapar. Lo único que anhelo con todas mis fuerzas es que ojalá algún día, seáis capaces de perdonarme.

Acompañé a Dan al hospital más cercano después de que esas sombras lo atacasen por salvarme la vida y después de inyectarle todo lo que encontré a mi paso, Jade y yo nos fuimos y lo dejamos durmiendo. Imaginaba que con el paso de los días, su transición le provocaría un dolor inhumano y por eso le di morfina suficiente como para que durmiese toda una semana; fui demasiado cobarde como para matarlo aunque tampoco podía asegurar que de hacerlo no se transformaría en uno de ellos así que pensé que si su destino era convertirse en una sombra, le debía por lo menos que lo hiciese sin dolor... Pero este condenado Parker no conoce el significado de la palabra "rendición" y según íbamos saliendo por las puertas del hospital, apareció arrastrando fuera del ascensor y empezó a balbucear que no me fuese, así que volví y lo ayudé a regresar a su habitación. Me arrepentí de haberme marchado la primera vez, ya que después de tumbarlo en la cama, leí sus pensamientos y pude ver el pánico que sentía por quedarse solo; era un pánico familiar, el mismo que yo sentía cada vez que vosotras os ibais de viaje y yo me tenía que quedar sola en la fortaleza. Lo siento, me equivoque, Dan. Por eso decidí quedarme y esperar hasta que se transformase pero eso nunca sucedió; según iban pasando los días, tal y como había previsto, empezó a sentir dolor pero fui alimentándome de esa emoción hasta hacerla desaparecer. También creaba para él recuerdos felices en su mente para tranquilizarlo y cuando sentía que sus latidos se estaban volviendo más y más débiles, le pegaba una descarga con el desfibrilador. Y así una y otra vez cuando le pasaba. Aún no sé qué hice ni cómo lo hice o si aquellas sustancias que le inyecté más la suma de impedir que su corazón se parase tuvieron algo que ver, pero el caso es que de algún modo, algo detuvo su transición. Ya han pasado dos o tres meses desde entonces, creo... Y tendríais que ver cuánto ha mejorado. Camina bien, come bien, ha aumentado su musculatura y continuamente me está manifestando sus ansias de retomar la marcha hacia el punto seguro. Este condenado Parker... Menos mal que nunca se rindió y decidió luchar para seguir dándome más guerra porque no sé qué habría hecho si te hubieses convertido en otra más de esas sombras. Sé que aún tengo mucho que mejorar Dan y que aunque ahora nos volvamos a llevar bien, sigues pensando que soy un peligro para todo el que me rodea pero si algún día encontramos ese punto seguro del que tanto hablan y a Shannon y Esther, os daré de una vez por todas esa vida que tanto os prometí -aunque eso implique tener que alejarme de vosotros-. Hasta pronto, espero.