Notes

Llegué a tu trabajo y comprobé el reloj, había llegado antes de lo previsto así que supuse que tendría que esperarte. Cosa que para mí ya era un logro, llegaba tarde siempre a todos lados. Saqué mi paquete de tabaco y cogí un cigarrillo, acto seguido me lo llevé a mis labios y lo encendí. Tus alumnos comenzaron a salir pasados unos minutos, e instantes más tarde vi tu silueta salir por la puerta, respondiendo con una sonrisa. Tiré el cigarro y me metí un chicle de menta en la boca. Odiaba el sabor que me dejaba el tabaco en la boca. Me acerqué a ti y comencé a acribillarte con preguntas, intrigada por saber a dónde nos dirigíamos.- ¿Por qué no me lo dices? Venga va...-Me adelanté a tus pasos y me paré frente a ti, llevando una de mis manos a tu entrepierna para sobarte un poco por encima del pantalón, al principio en un suave arrastre que acabó en un magreo. Te miraba mientras lo hacía, a la vez que seguía insistiendo, tentándote. Por el rabillo de mi ojo veía a las personas que pasaban a nuestro lado e imaginé lo mal que estarían pensando de nosotros. Mordí mi labio divertida por tu reacción y comencé a pasar mi lengua por tus labios, jugando contigo. Quería que te rindieras y soltaras prenda, por ello no dejé de acariciar tu entrepierna, cuyos movimientos intenté disimular mientras tu boca se hacía con la mía, besándome con una intensidad que hizo que mi sexo se estremeciese. Me separaste de ti pasados unos segundos y me agarraste de la mano para tirar de mí y así seguir caminando. Te miré con una mueca molesta y me resigné, tirando después mi chicle al suelo.- Joder, es que eres imposible. -Miré el camino que quedaba delante de nosotros y comencé a buscar algún local que me llamase la atención, con intención de averiguar por mí misma dónde me llevarías.