Notes

Recibí un mensaje tuyo justo en el momento en el que estaba colocando mis ficheros dentro de la carpeta a la que pertenecían antes de dejarla en la estantería de la oficina. No me quedaba mucho más por recoger salvo mi chaqueta, aunque con el día tan bueno que había hecho hoy me comenzaba a replantear si había sido buena idea cogerla. Aún así, la sostuve sobre mi brazo de camino a la entrada de la academia mientras abría unos cuantos mails procedentes de la universidad a través de mi teléfono móvil. Estaba tan concentrado leyendo uno de ellos, que ni siquiera escuché tus pasos entrando en la estancia. Sin embargo, el tirón de una mano tomando mi teléfono por el lado contrario me sobresaltó por unas milésimas de segundo, porque no tardé mucho en atar cabos. No tenía esa confianza ni con ningún compañero ni con mis jefes, así que solamente podías ser tú. Al levantar la mirada pocos segundos después confirmé mis sospechas iniciales. Una sonrisa se torció sobre mis labios al mismo tiempo que una de mis comisuras ascendía con diversión, llevando la mirada a tus ojos después de haberme percatado de que llevabas una bolsa colgando de una de tus manos, donde supuse que, además de comida, también había una botella de alcohol por la forma que se podía intuir a través de ella.
- ¿Es que ya estás pensando en emborracharme...? - Susurré mientras me acercaba a ti con un par de pasos, tomando tu cintura con una de mis manos para acercarte a mí al mismo tiempo que mis labios buscaban un simple roce de los tuyos, tras lo cual dejé que unas palabras en un tono de voz más bajo salieran de mi boca y fueran a parar directamente contra la tuya a través de mi aliento. - Ya sabes que no necesitas emborracharme si lo que quieres es montarme.