Notes

Entreabrí los labios en el momento en el que vi cómo te acercabas a ellos, dejando pasar tu lengua directamente hacia el interior de mi boca donde se encontró con la mía. Respiré hondo por la nariz en ese momento, incorporándome un poco sobre mi posición bajo el césped para atacar tu boca con la misma lentitud pero con las mismas ganas de comerte a besos que tú mostrabas a la misma vez, llevando en última instancia mi mano hacia tu nuca para entrelazar allí mis dedos entre tu pelo. Sentí cómo tu cuerpo se empezaba a mover sobre y contra el mío acompasadamente al ritmo en el que nuestras bocas intercambiaban un hilo tras otro de besos y roces por parte de nuestras lenguas en los que nuestras cabezas se movían en diferentes ángulos en consecuencia. La erección que ya había comenzado a formarse en mi lugar de trabajo terminó de hacerlo con los deliciosos roces que me estabas regalando de manera inconsciente, pero la mayor parte de culpa se la llevó el sabor de tu boca y el recordatorio y posterior reconocimiento del mismo por parte de mi mente y mis sentidos. Me escuché jadear cuando mi otro brazo rodeó tu cuerpo por la zona de tu espalda para pegarte más a mí y de ese modo sentirte más de cerca con la intención de no perderme ningún roce que nuestros cuerpos se estaban regalando rítmicamente.
Sin embargo... El movimiento de tus manos algo más abajo de nuestras bocas provocó que mi mirada se dirigiese hacia tus pechos, los cuales tenías descubiertos ante mí bajo la tela de tu sostén. Casi con ansiedad, incliné mi cabeza hacia uno de ellos al mismo tiempo que tiraba de la tela de tu sujetador hacia abajo, descubriendo uno de tus pezones para pasar a ser atrapado por mi boca pocos segundos después. Lo succioné, lamí, mordí y atrapé entre mis labios varias veces, imprimiendo cierta desazón en cada una de mis caricias. Tenía una necesidad demasiado grande de ti y no era capaz de controlarla. La única que podía controlarme en ese momento eras tú, y hasta de eso dudaba.
Poco después tus manos me mantuvieron alejadas de tus pechos, viéndome obligado a apoyarme sobre mis codos en el césped mientras sentía y observaba cómo te movías sobre mí, follándome únicamente como solo tú, y solamente tú, sabías. Eché la cabeza hacia atrás mientras apretaba mis manos en dos puños sin cortar en ningún momento el contacto visual ni con tus ojos, ni con tus pechos, echando de vez en cuando ciertos vistazos al punto de unión de nuestros sexos bajo la tela de nuestra ropa. - Quiero que sepas que no soy consecuente de mis actos ahora mismo y que de un momento a otro puedes acabar con mi polla dentro de ti. Y créeme, vas a acabar con mi polla dentro de ti.