Notes

Es muy difícil asimilar que ya ha pasado un año y medio desde que todo empezó, me cuesta creer todo lo que hemos creado juntos y lo que nos queda por crear. Hace mucho que no te escribía, pero siento que hoy es el momento perfecto para hacerlo una vez más.
Después de dieciocho meses seguimos aquí, fuertes, con millones de experiencias, pero también tenemos otras que se vienen, tenemos nuestra casa, estamos tan cerca de casarnos, de tener una hija y no manera de pensar en todo eso sin que unas cuantas lágrimas se me quieran escapar de los ojos. La emoción es grande, y es que llegaste a mi vida de imprevisto, después de haberte buscado tanto, después de que flechaste con una sola mirada aquí estamos. No me gusta llevarme mucho por las supersticiones, pero contigo cada vez me siento más seguro de que hay un hilo rojo que nos une, creo que ni en las películas vi que alguien sintiera algo parecido a lo que yo siento por ti cuando escucho tu nombre o cuando te tengo entre mis brazos, acurrucado en mi pecho. Puedo jurar que ni los novelistas pudieron imaginar un amor tan grande como el que yo siento por ti, y te lo puedo confirmar, porque todos los días te amo un poco más y cada segundo que pasa encuentro una nueva razón para querer pasar el resto de mi vida a tu lado. Tengo que confesarte que siempre fui de esas personas que le tienen un miedo irracional al compromiso por el miedo a que les quiten su libertad, pero contigo me siento tan libre que no me aterra pasar hasta el último de mis días a tu lado, me has mostrado un mundo nuevo, me enseñaste todo lo hermoso que puede ser entregarse en cuerpo y alma a alguien incluso cuando estoy en mis peores momentos.
Se supone que me prometí no lloriquear al escribir esto, pero como siempre, tengo los ojos llorosos y una sonrisa en el rostro porque no lloro de pena, sino que de alegría, de emoción por ponerme a pensar en lo lejos que hemos llegado, míranos, mi amor, vamos avanzando de a poquito, pero estamos casi listos para tener a nuestra pequeña y hacer realidad uno de los sueños que tuvimos desde el inicio. Quisiera recordarte siempre con esa carita de felicidad que tenías cuando mirabas cualquier cosa dentro de las tiendas, porque te juro que no hay cosa más preciosa que verte sonreír ante la realización de alguno de nuestros sueños. Creo que jamás dejaré de pensarte así, como mi eterno soñador y compañero favorito, como el amor de mi vida. Te amo muchísimo, futuro esposo y papá, gracias por todo este tiempo y por todo lo que haces por mí.
Mi cielo lo tienes ganado, y sé que también tienes un millón más, Arian.
Y una vez más, te amo.