Notes

Llevaba ya cerca de veinte minutos en tu casa esperando a que terminaras de arreglarte mientras yo me encontraba sentado en el sofá que había en el salón. Tu madre me había insistido varias veces en que me sentase y eso fue lo que hice; al igual que ella, intuía que aquello iba para largo. Me presenté en calidad de amigo porque no sabía hasta qué punto le habías hablado acerca de lo nuestro, así que me dispuse a hablar con ella sobre cosas triviales hasta que te vi salir de la habitación unos diez minutos después. Me estaba comenzando a impacientar porque tu madre ya había comenzado a ofrecerme algo de comer y, además, también me empezó a preguntar cosas más personales, por lo que supuse que algo sabría, o quizás simplemente lo intuía. Agarré mi chaqueta cuando te vi pasando al salón mientras me ponía de pie, agradeciéndole mientras a tanto a tu madre por su cordialidad al mismo tiempo que caminaba hacia ti. Por pura inercia, fui directamente en busca de tus labios cuando llegué a tu altura, pero en el último momento me percaté de que tu madre aún seguía allí, por lo que ladeé la cabeza y te saludé con un beso en la mejilla tras intercambiar contigo una mirada cómplice.
- ¿Estás lista?
Te pregunté retóricamente mientras veía cómo asentías con la cabeza, dirigiéndome seguidamente hacia la puerta contigo a mi lado y con tu madre siguiéndonos muy de cerca detrás de nosotros. Nos despedimos de ella en la puerta y, acto seguido, una vez que ella había cerrado la puerta tras nosotros, nos dirigimos hacia el ascensor para pulsar el botón del mismo a la espera de que las puertas se abriesen.
- Llegas a tardar un poco más y quizás me habría follado a tu madre. Te das un aire a ella. Me habría servido. Además... me ha puesto ojitos.