Notes

Me quedé a un lado de la mesa de billar observándote jugar, o más bien observándote a ti. Tu camiseta se ceñía a tu espalda cada vez que te inclinabas hacía adelante y podía ver tus músculos marcados a través de la tela. Era una de las cosas que más me gustaba, cuando te tenía sobre mi follándome violentamente y podía sentir tus músculos en tu espalda tensarse bajo la palma de mis manos en cada movimiento. Mi sexo se estremeció y humedeció al recordar esa sensación, lo cual me hizo apretar mis muslos entre sí para aliviar el calentón que me estaba recorriendo en ese justo momento. Lo peor de todo, es que casi podía sentir ese recuerdo en mi piel. Exhalé un suspiro intentando controlar mis pulsaciones, las cuales habían comenzado a alterarse. Te observé ir hasta la mesa dónde estaban nuestras bebidas y cogiste tu chupito, momento que aproveché para ir tras de ti y hacer exactamente lo mismo, intentando desviar así todo pensamiento sexual. Alcancé mi chupito justo cuando terminaste el tuyo y sentí mi garganta arder tras el paso del alcohol. Te di una mirada sobre mi hombro y me fui hasta la mesa de billar, sintiendo tu cuerpo colocado tras de mi al momento. Dejé mi cuerpo flojo para que me posicionases de la manera que quisieses, para poder indicarme así la postura idónea para jugar. Notaba tu dura entrepierna contra mis nalgas y me quedé quieta, sonriendo para mí al ver cómo te rozabas. Desconocía si lo hacías consciente o no, pero me estabas calentando de tal forma...que mi mente se nubló de puro deseo, sin prestar atención a lo que estabas haciendo con el palo. El sonido del impacto contra las bolas, seguido de los choques de estas contra los laterales me hicieron reaccionar, exhalando un suspiro que fue seguido de un movimiento de caderas que fue directo a tu polla. Te oí sobre mi oído, tu garganta emitió un sonido animal que me impulsó a volver a hacerlo, esta vez arrastrando mis nalgas arriba y abajo. En ese momento sonaba una canción de Arctic Monkeys, "Do I wanna know?", y no pudo ser más perfecta para la ocasión. Seguí el ritmo, provocándote con cada movimiento y mordiendo mi labio inferior al notar tu dureza encajar perfectamente entre mis nalgas. Susurré un "Joder" lo suficientemente alto para que me oyeras sobre la música mientras mi mano fue hasta la tuya, que aún se encontraba sujetando uno de los extremos del palo. La tomé y la comencé a deslizar sobre la mesa de billar, respirando cada vez más entrecortado a medida que te acercabas al filo dónde se encontraba mi cuerpo. Me separé de la estructura lo justo para poder meter tu mano en ese espacio y poder llevarla bajo mi falda, entre mis muslos. Mi medias de red acariciaban la palma de tu mano en el recorrido y solté un pequeño gemido cuando la punta de tus dedos rozaron mis bragas. Dejé quieta mi mano, aún sobre el dorso de la tuya, y giré mi rostro para encontrarme con el tuyo. Eché un vistazo a la esquina, viendo que seguía sin haber gente en las demás mesas y luego volví a mirarte a los ojos, sintiendo la conexión y el deseo que ambos compartíamos en ese momento y sin cesar de mover mi cintura hacia atrás sobre tu polla y hacia adelante contra tu mano...susurré.- Tócame...