Notes

–Marie, rompiste fuente–susurró mi madre levantándose de la mesa y corriendo hacia mi habitación para recoger las cosas que teníamos listas para cuando naciera mi hija, mi esposo se levanto para marcar al hospital y que estuviera todo listo cuando llegáramos, la abuela saco su teléfono para marcar a la familia, el tío Rupert se levantó para sostenerme y yo, yo estaba dispersa, perdida en mis pensamientos, asustada; muy asustada. ¡Iba a hacer madre! Sentí unos brazos rodearme y levantarme como si fuera aire, supe que había sido esposo el autor de semejante acto. Me metieron en el coche y mi madre estaba gritándole a mi tío que manejará rápido, que era de vida o muerte.
No tardamos casi nada en llegar al hospital, los astros o el destino, sea lo que sea estuvo de mi lado para esto.
Matt me bajó del coche muy rápido para correr conmigo en brazos hacia la entrada del hospital, mientras yo tenía una contracción. Me pasaron rápido para alistarme y pasarme al área de parto, "no había tiempo que perder" aseguraban los doctores. “Te dejaremos un momento más, para que pueda salir el bebe con más facilidad” dijeron poniendo todos los medicamentos para que el sufrimiento no fuera aún mayor; cerré los ojos sin podérmelo creer ¡iba a ser madre!, cuando los doctores me dijeron que podía estar un familiar conmigo, no dude en llamar a mi madre, estaba asustada y quería que ella estuviera en mi parto por si algo salía mal.
El doctor reviso y sonrío, estaba lista para tener un bebe.
–Marie mírate, mi pequeña va a tener una bebe–decía mi madre a mi lado mientras los doctores se preparaban para recibir una nueva vida.–mi pequeña, ahora es momento que pujes, que pujes sin detenerte ¿está bien? Emilia, puja lo más fuerte que puedas.–
Asentí y no sé dónde saque la fuerza para hacerlo, pues sentía que podía dormirme en cualquier momento. Perdí la cuenta de cuánto tiempo había pasado, los doctores y mi madre me alentaban a seguir pujando, “ya casi sale” gritó uno. Casi no podía conmigo, pero cerré los ojos y me concentré en el bebe, era lo más bonito que podía pasarme en este momento; puje con todas mis fuerzas, esperando que pudieran sacarlo. “Ya salió la cabeza" dijo el doctor alentándome a pujar una vez más, para así sacar al bebe completamente.
Un llanto potente escuche para mirar al doctor sonriéndome. “Es una preciosa princesa" dijo para pasarla con una enfermera para que la limpiaran, pesaran y cambiaran.
–Marie ¡ya eres madre!–dijo mi madre a mi lado levantándose para ver a mi hija y volviendo su vista a mi–Marie, Marie...¡doctor!–fue lo ultimo que alcance a escuchar, pues todo hizo silencio y no hubo más que oscuridad.