Notes

Selena se encontraba junto a la ventana de su habitación, observando a los niños correteando por la calle mientras esperaba impaciente a que llegase la hora de la fiesta. Nada de lo que había hecho hasta ahora para distraer su mente había funcionado; ni sus deberes, ni leer algunas páginas del diario de su tío Stefan, ni el tiempo que había dedicado a hechizar un brazalete que le desprendiese pequeñas descargas eléctricas cuando sus impulsos vampiricos le empujasen a beber sangre o el que había dedicado a arreglarse para la ocasión. « No los mataste en clase porque estabas lo suficientemente distraída y alimentada » pensó, pero la fiesta era un asunto totalmente diferente, ahora llevaba demasiadas horas sin beber sangre y para colmo, se iban a reunir en un lugar lo bastante apartado del pueblo como para que nadie se pudiese esconder o escuchar sus gritos. Suspiró e intentó tranquilizarse, después de todo sería algo tan rápido y simple como pegar un vistazo para comprobar que no había nada raro y después, podría regresar a casa.

― Empiezo a arrepentirme de dejarte salir de casa -dijo Damon cuando apareció en el cuarto de su hija y la observó con ese vestido de cóctel asimétrico tan corto-

― ¿Lo dices por el vestido? -preguntó nada más girarse y observarle con el ceño fruncido- se lo he cogido a mamá porque no tenía ninguno que ponerme.

― Ya... Será mejor que te acompañe.

― Ni hablar, ¿estás loco? si mis compañeros me ven aparecer con mi padre, me convertiré en el hazmerreír de todo el instituto -se cruzó de brazos y continuó hablando después de una breve pausa- y entonces si que puedo despedirme de hacer amigos.

― ¿Amigos? ¿tú? por favor, si a ti no te cae bien la gente -después inquirió mientras miraba a los ojos de Selena- ¿qué me estás ocultando?

― Nada y eso no es cierto -respondió al instante-. Simplemente la gran mayoría no dice nada más interesante que el silencio y por eso prefiero pasar mi tiempo en soledad -chasqueó su lengua de forma burlona-

Damon gruñó durante unos segundos por su comportamiento y se acercó a ella.

― Tranquilízate, papá -suspiró y después colocó una mano en su propia cintura- voy a ir a la fiesta para no llamar la atención más de lo necesario. Si vamos a vivir aquí, tendré que parecer una chica normal como las demás y las de mi edad van a fiestas.

― De acuerdo, ve y diviértete pero Selena... No te olvides de llevarte la bolsa que hay sobre la mesa; te he dejado unos cuantos vasos de refresco llenos de sangre humana para que puedas alimentarte y no te comas a los demás.

― Gracias -la pelirroja sonrió y se lanzó a sus brazos para abrazarle y darle un cálido beso en la mejilla-

No lo manifestaba demasiado pero a la pelirroja le encantaba que le cuidase de esa forma y todo volviese a ser como antes de mudarse al pueblo. Ya era la hora de la fiesta por lo que se despidió de su padre, bajó las escaleras, recogió los refrescos con sangre como le había pedido y salió de la casa aunque por el camino, le pareció escucharle protestar « y nada de chicos o terminaré drenandoles yo mismo la sangre ». Ella se rió y se fue con su velocidad vampirica a la fiesta, aprovechándose de que estaba empezando a anochecer. Sin embargo, para Kai la situación no estaba siendo tan divertida; desde que se había enterado de la fiesta, había vuelto a contactar un par de veces más con Silas y Amara para advertirles de que esa misma noche sacrificaría a los humanos y elegiría un ancla para ellos, ya que sabía que sin el ancla el plan no funcionaría por muchos sacrificios que hiciesen y también porque en algún momento de la noche, iba a necesitar a Silas para esa transformación. Por lo que ahora Kai, que ya estaba presente en la fiesta, sólo tendría que esperar a la replica y pronto podría poner en marcha su plan.

Al poco tiempo, la pelirroja llegó al cementerio y se hizo paso entre una multitud de adolescentes que ya habían empezado a beber y bailar tras poner la música de su equipo a todo volumen; por lo que pudo observar no había nada fuera de lo normal aunque le extrañó ver a gente del último curso mezclados entre tantos de primero. Con eso ya tenía claro que los adolescentes de Mystic Falls no eran como Stowe, ya que aquí no les importaba dar una fiesta e invitar a los de otros curso y eso le alegró. « Tienes que ser una más » pensó para si misma y se dirigió al centro donde se puso a mover lentamente sus caderas al ritmo de la música; Selena seguía sin querer estar ahí y se marcharía en unos minutos pero se permitió darse un respiro hasta entonces, se lo debía, se debía un rato de diversión y apartar todos aquellos malos pensamientos aunque fuesen sólo por unos minutos. Mientras tanto, desde detrás de una de las esculturas de mármol, Kai se encontraba observando incrédulo a Selena; la noche anterior pensó que sólo estaba de paso y ya se habría marchado pero allí estaba otra vez, tan radiante con aquel vestido negro que se ajustaba perfectamente a sus caderas y que no hacía otra cosa más que acentuar el color blanquecino de su piel que tanto recordaba al de las muñecas de porcelana y, por supuesto, a su cabello rojizo que a la luz de la luna, brillaba como una llama. Kai la deseaba y se odiaba por ello, quería aparecer por detrás y pegarla a su cuerpo, quería morder su cuello, besarlo al igual que sus labios, quería quedarse a solas con ella y comprobar cómo perdían juntos el control pero sobretodo lo que quería era venganza por todo lo que le había hecho.

― Bonnie -susurró en su oído después de aparecer por detrás, pegarla a su cuerpo y agarrarle de las muñecas mientras las apretaba contra su propia cintura, impidiendo que se liberase-

― ¿Otra vez tú? -tragó saliva mientras escuchó el ruido de los vasos de plástico caer al suelo y derramar la sangre de su interior-

― ¿Qué pasa Bonnie? ¿es que no me has echado de menos?

― ¡Deja de llamarme así! soy Selena -gruñó mientras se retorcía pero este le impedía que se escapase- no sé cuántas veces más tengo que repetirte que te equivocas de persona.

Los híbridos estaban llamando la atención de todos los asistentes de la fiesta, lo que hizo que algunos de segundo del equipo de rugby se acercasen a Kai y le ordenasen que la soltasen aunque este se negó. El muchacho fue a pegarle un puñetazo ante la mirada de unos expectantes estudiantes que gritaban un "pelea, pelea, pelea" y que nunca llegó a darse, ya que Silas llegó justo a tiempo y controló la mente del muchacho.

― Creía haber dejado claro que no quería llamar la atención -dijo Silas mientras miraba a Kai y se acercaba a estos desde el otro extremo del cementerio-

― Oh, bueno, iba a atacarlos y marcharme pero tenía cuentas pendientes con la pelirroja.

― ¿Tío Stefan? -preguntó confusa mientras miró a la replica-

― Vaya, esto se pone cada vez más interesante. Si me has llamado así es porque debes de ser la hija de Damon -inquirió mientras el resto de muchachos se apartaron de los tres-

― ¿Su hija? no puede ser, si tú eres el vivo retrato de Bonnie, tú... -Kai dejó de hablar durante unos segundos, intentando asimilar lo que estaba escuchando-

Kai no quería creerlo, la muchacha que retenía entre sus brazos no era su preciada Bonnie sino su hija y lo que aún era peor, Damon había conquistado su corazón. La rabia lo corroía por dentro y le hacía desear más que nunca dar con aquel bastardo, eliminarlo y recuperar a Bonnie aunque aún no sabía qué iba a hacer con Selena, ya que en esos momentos su obsesión por Bonni e no le permitía pensar en nada más. Mientras tanto Silas, ignorando los conflictos emocionales de Kai, controló mentalmente al resto de adolescentes, obligandoles a que desistieran de su idea de huir y se quedaran quietos y en silencio.

― Humanos, siempre igual... Dejad que os diga algo -los miró a todos y cada uno de ellos, serio- correr no os va a salvar de las criaturas sobrenaturales así que desistir y aceptar vuestro destino.

― Eh, desquiciado número uno y número dos -dijo Selena llamando la atención de Kai y de Silas- no sé quienes sois y de qué conocéis a mis padres pero como no me soltéis ahora mismo y os marchéis, vais a conocer toda mi furia.

― Sin duda eres igualita a tu padre, siempre intentando llamar la atención. Y gracias a ti, ahora ya sé quién será la nueva ancla -Silas sonrió y la señaló mientras que Kai la agarraba cada vez con más fuerza, obligandola a soltar un quejido por el dolor-

La replica ordenó a Kai que repitiese las mismas palabras que él y así, ambos iniciaron el ritual. En todo este tiempo que había pasado separado de Amara, había conocido a múltiples criaturas y entre ellas, a algunos brujos que, bien por miedo o simpática hacia una leyenda como este era, decidieron transmitirle los secretos de sus aquelarres y así, descubrió cómo transformar a otras especies en anclas. Las palabras en latín fluían por sus labios mientras Kai absorbía la magia de Selena y esta gritaba y se retorcía de dolor, aquellos gritos eran tan agónicos que muchos de los humanos lloraban de puro terror aunque sin poder moverse por culpa de su control mental.

― ¡Parad! -suplicó entre lágrimas aunque Silas no le obedeció, Kai sin embargo dudó momentáneamente-

La replica casi consigue completar el conjuro cuando notó la flecha disparada de la ballesta de Jeremy incrustarse en su pierna; acto que le hizo caerse al suelo mientras que Kai se vio obligado a soltar a la pelirroja cuando una Bonnie visiblemente molesta, apareció de la nada junto a Damon y usó sus poderes para estamparlo contra uno de los robles del cementerio.

― Primero Katherine y ahora Silas, ¿es que no te cansas de juntarte con gente rarita? -preguntó Damon mientras enarcaba una ceja y observaba desde la distancia a Kai-

― Dijo el vampiro que se casó con una bruja y ahora viene acompañado de un cazador -protestó Silas aunque usando un tono de burla-

― Cállate -ordenó Jeremy a Silas-. En este mundo no hay lugar para ti, vuelve de donde quieras que hayas venido.

Silas sabía que tenía que tener especial cuidado con Jeremy por tratarse de un cazador tan experimentado, sabía que no se lo iba a poner nada fácil pero no pensaba rendirse así como así, no sin completar su misión. Ahora no le quedaba otra que olvidarse de Selena y centrarse en otra persona, ya que sabía que sus padres la protegerían con su propia vida y, precisamente por eso, decidió utilizar sus poderes para que algunos de los estudiantes atacasen con toda sus fuerzas a Jeremy y a su vez, controlar la mente de Selena para que lo hiciese con su madre Bonnie. Y mientras tanto, Kai aprovechó para levantarse y correr a velocidad vampirica hasta Damon, con el cual forcejeó durante un buen rato.

― Me tendrás que servir tú misma

Silas colocó sus manos en las sienes de Meredith, al ser la mortal que tenía más cerca y continuó con la transformación utilizando gran parte de sus poderes. Esta vez su hechizo funcionó y se completó más rápido que con Selena, quizás porque Meredith se trataba de una simple humana pero sea como fuere, lo consiguió. Luego, lo único que necesitó hacer fue ordenar a doce de los adolescentes que tenían una botella de alcohol, que la rompiesen y se la clavasen en la yugular; provocando su muerte simultanea.

― Aquí ya hemos terminado, Kai. Nos vamos -ordenó mientras se alejaba y les decía a los humanos que en cuanto se alejasen, perdieran su conocimiento y olvidase todo lo que había pasado-

Malachai empujó a Damon, se levantó y se marchó gruñendo junto a Silas mientras que los humanos obedecían sus ordenes y lo atacaban para que ambos se pudiesen alejar lo suficiente; una vez que lo hicieron, una Selena agotada por el ritual y el control mental, perdió el conocimiento junto al resto de los humanos. Bonnie levantó en brazos a su hija y se la llevó a casa mientras Damon y Jeremy acordaban inventarse una historia que explicase la muerte de esos chicos, ya que no podían deshacerse de sus cuerpos ni levantar sospechas de que las criaturas sobrenaturales habían vuelto a Mystic Falls y así lo hicieron.

― Nadie tiene mordeduras y tampoco recordarán esto así que... Espera a que se despierten y controla sus mentes para que le digan a sus familiares que algunos chicos se emborracharon demasiado, se pelearon y perdieron el control -sugirió Jeremy-

―¿Los doce? sus familiares y Matt no se lo creerán.

― No, él no pero de Matt me encargo yo. Le contaré lo que ha pasado y ya avisaremos a Alaric y al resto para que nos ayuden.

― Esto es de locos, estaban muertos. Y han vuelto otra vez y ni si quiera sabemos por qué -gruñó Damon, frustrado-

― Ya lo averiguaremos, Damon pero ahora no tenemos tiempo para eso. Buscaré a Matt.

Después de aquellas palabras, Jeremy se marchó y Damon esperó a que fuesen despertando uno a uno para controlar sus mentes y que repitieran la historia que se habían inventado. Llevó un tiempo pero Damon lo consiguió y después regresó a casa, donde abrazó a una Bonnie que no cesaba de sollozar, preocupada de que la historia se repitiese una vez más y nunca pudiesen encontrar un atisbo de paz pero sobretodo, de que Silas y Kai, volviesen a por su hija; cosa que Damon no estaba dispuesto a permitir.