Notes

No sé cómo empezar a escribir esto. Como dije hace más o menos una hora, no es fácil. Nada fácil. Menos para mí. Ya que la sola posibilidad de echarte de menos indefinidamente, me hace muchísimo daño. Me destroza. Por dentro y por fuera. Es bastante posible que me arrepienta en el mismo instante en el que envíe el mensaje. Es probable incluso que ya lo esté haciendo, con solo comenzar a escribirte. Pero, he llegado a la conclusión de que no podemos seguir así. Nos estamos haciendo año. Y si todavía no, acabáremos haciéndonoslo. Últimamente arrastramos demasiadas peleas, independientemente de su peso, o importancia. Presiento que vamos a acabar demasiado mal, y eso sí que sería incapaz de perdonármelo. Creo sinceramente que ésta, por drástica que sea, es la solución más acertada para nosotros. Por tanto…

Se acabó.
Hemos terminado.
Nuestra relación ha terminado.

No puedo continuar sintiéndome culpable o mal por cada insignificante detalle en el que no compartamos una opinión o pensamiento. Tenga o no razón, que al fin y al cabo, para mí es lo de menos. Hace muchísimo tiempo que eso dejó de importarme. No me satisface en absoluto tener razón, aunque en esta ocasión como tú has dicho, no la tenga. No puedo continuar al lado de una persona que decide utilizar los mismos adjetivos, una vez tras otra, en cada discusión o malentendido, pese a que yo misma le haya confesado que me duelen. No puedo seguir al lado de alguien tan perfecto y racional; al lado de alguien que todo cuanto se escape a su entendimiento, sea una completa locura irracional, además de un sinsentido.
Me hace sentir que no estoy a la altura de ésto.

No puedo seguir haciéndome pequeña. Agachando la cabeza. Sintiéndome de menos. No puedo permitirme el lujo de flaquear tantísimo y derrumbarme cada dos por tres, porque eso no es sano para ninguno de los dos. Lamento muchísimo que no me comprendas tras año un de relación; siento en el alma que no me conozcas tanto como dices y, sobre todo, que sigas pensando así de mí. Hoy, o en cualquier malentendido anterior en el que se repiten los mismos factores. Siento de todo corazón que una escena de celos haya sido la causante de todo ésto.

Siento que para ti no tenga cabida una reacción así en una relación de pareja. Cuando para mí es perfectamente lógico que no me haga especialmente feliz que mantengas tan buen trato con la que fuese tu relación más importante, hasta que llegué yo. Porque sientas lo que sientas por mí, que remarco, jamás lo he puesto ni pondría en duda: el pasado sigue existiendo y es algo que no se borrará. Fuisteis. Y su situación a mí no me inspira ningún tipo de confianza. No tienes que pararte a defender nada, simplemente es una sensación que yo tengo. Esté o no acertada en ella. Para mí no tiene sentido por lo que comenté en los primeros mensajes intercambiados. Y te lo dije entonces, que respetase tu decisión de mantener a ésta o cualquier otra persona en tu vida: no quería decir ni mucho menos que me gustase. Puesto que yo, ¡yo!, jamás te pediría que te alejases de. Ni permitiría tampoco que lo hicieras. Porque no soy esa clase de persona.
Valgo más que todo eso tan negativo, tóxico.

Tengo todo el derecho del mundo de que no me guste, por mucho para que ti sea algo imposible de entender. Pero no puedo seguir sintiéndome así por algo que para mí tiene sentido, y que para ti no. No puedo seguir permitiendo que señales mi actitud, o mis modos constantemente solo porque tú te muestres más calmado. Me siento en la necesidad de repetirte que, porque tú seas como eres, no quiere decir ni mucho que yo tenga que ser igual que tú, ni que me enfrente a determinadas situaciones del modo en que lo harías tú. Por ejemplo: que tú no seas celoso, no significa que yo tampoco lo sea.
Porque, en ocasiones, eso me hace sentir que, de una manera u otra, estás intentando cambiar quién soy porque no te gusta eso, o lo otro. O porque no lo entiendes, más bien.

No me importa ceder, ni me cuesta en absoluto disculparme si he cometido error. Pero, ¿sabes qué ocurre? Últimamente siento que, cada cosa por mi parte, es un completo y desgraciado error. Un absurdo, como dirías tú.
Y tampoco considero que tenga que pedir perdón por todo lo que hago, esté o no en lo correcto.

Igual que yo estoy harta de, tú estarás cansado de estas reacciones por mi parte. De que busque la salida. Como es normal, por otra parte. No lo discuto; al contrario, lo comprendo. Y lo siento, de verdad que lo siento. Nunca sabrás cuantísimo lo siento. Sé que voy a sentirlo siempre, pero… No consigo encontrar otra solución a lo nuestro. ¿Seguir luchando? ¿Para qué? ¿Para que la semana que viene se produzca otro enfrentamiento por lo que sea y se repita una vez más esta situación? No sé si merece la pena. Ya no lo sé. Hemos vivido una relación maravillosa. He sido, y me he sentido la persona más feliz y afortunada del mundo. En pasado y en presente. Ésto no significa que no te quiera, ni que me haya dejado de sentir a gusto, menos cuando anoche mismo hablamos de los tatuajes, y hemos hablado del futuro tantas veces. Pero es que…
Me está superando. Consumiendo. Me dueles.

Llevo sobrecargada muchos meses. Al límite. Y pienso con franqueza que no me merezco algunas de tus acusaciones, simplemente. No creo que una pareja deba enfrentarse a los problemas de este modo. He luchado y tirado muchísimo de nosotros. He respetado cada decisión que tú tomaste por ambos, incluso cuando no estaba de acuerdo con ello. He estado ahí cuando más me has necesitado e incluso me he mostrado compresiva y empática con la falta de tiempo, o con la escasez de momentos para nosotros, con las interrupciones. He hecho las cosas bien hasta que, simplemente, he dejado de hacerlas. Desconozco el por qué, lamentable y desgraciadamente.
Así es como me siento ahora. Como el desastre que fui cuando me conociste. Y no puedo hacernos eso. No nos lo merecemos. No después de lo que hemos vivido.

Gracias por haberme aguantado y soportado durante un larguísimo año. Sé que, en ocasiones, no ha sido fácil. Gracias por enseñarme lo qué es el amor verdadero y por mostrarme en qué se basan las relaciones. Gracias por haberme hecho la persona más feliz del jodido mundo. Por hacerme sentir orgullosa y afortunada de que tú fueses mi único compañero de vida y viaje.
Porque, no quiero que lo olvides: siempre vas a ser tú.
Siempre, pase lo que pase, voy a quererte a ti.
Solamente a ti.

Te mereces lo mejor, ¿de acuerdo? Ojalá encuentres a alguna persona en algún momento que esté hecha exactamente a tu medida. Te deseo muchísima suerte con tus proyectos y propósitos de vida, Josh. Conseguirás todo aquello que esperes y anheles, lo sé. Te lo aseguro.
No te rindas. Ni dejes de luchar: porque puedes con ello, y con más.