Notes

Dios me enseñó a no vivir con el corazón cerrado, me enseñó a ver la luz que hay dentro de mí, me enseñó a ver su gran obra de arte en cualquier paisaje y en cualquier persona, me enseñó el calor inmenso de su gran e infinito amor, me enseñó a sentir la caricia más dulce, me enseñó que mis lágrimas son semillas que forman parte de mi gran creación y crecimiento, que aunque intenten cortar un tronco, este volverá a crecer de la manera menos pensada, me enseñó que el viaje se disfruta, no se viene a competir a este mundo, no se vino a tratar de tener la razón, se vino a sentir y a amar mucho, me enseñó que el tiempo no existe, me enseñó como se detiene cada minuto y sobre todo, a vivir cada segundo que pasa, me enseñó a ver la sonrisa de una niña que baila con su padre en el mar, me enseñó las historias infinitas que dos cómplices crean, me enseñó como una pareja se alienta a otra a crecer... Pero sí algo hay de lo cual pueda estar inmensamente agradecida, es que me ha enseñado a romperme, a quebrarme, a destrozarme... Sí, Dios me ha enseñado a salir del pozo tan oscuro en el que alguna vez me hallé.

Porque en la oscuridad es en donde se crean las más grandes maravillas, porque sólo aquel que tiene miedo, sabe que existen razones para vivir, porque sólo aquellos que han fallado, han caído hasta el más oscuro momento de sus vidas, porque sólo aquellos que no han dado en el acierto cuando así lo querían, saben que todo, formó parte de algo más grande que ellos, y es que, ahí está Dios, en cada segundo, esperando a que uno se de cuenta que cuando las cosas no salen como uno espera, es porque así debe ser, porque sólo es Dios quién sabe que es lo que tiene preparado para nosostros, pero sólo nosotros sabremos sí estamos preparados para recibirlo.

Porque no hay nada como hallarse amado por el gran yo soy, no hay nada que dé más fortaleza como saberse merecedor por Dios, saber que somos parte de su gran creación y de su gran amor divino por cada uno de sus hijos y por cada hermano suyo, porque hay circunstancias que hacen que el amor de Dios se haga presente y el mundo se olvide de su egoísmo y sienta que es parte de algo mucho más grande, porque en las más grandes catástrofes es cuando Dios hace acto de presencia ante su más grande unión, porque cuando el ego se elimina por completo, es cuando Dios sabe tocar con amor a cada persona, porque es cuando la gente con el corazón más grande está presente, pero es que eso no solo es en estas circunstancias, también sucede cuando todos los días.

Cuando uno está dispuesto a ayudar, a escuchar, así sea un par de minutos... Aquellos que no cuestan nada, aquellos que hacen que el día de ilumine un poco más, aquellos que crean una sonrisa, aquellos que se quedan en recuerdos que alumbran al corazón cada día, sea una palabra de aliento, sea un abrazo cuando el otro ya no puede más, es volver a creer aún cuando nos han fallado, porque eso es el amor, amar, aún cuando otro nos lastima, sea una acto de bondad, siempre hay momentos para amar, para crecer, para aprender, siempre, en cada segundo, sea una canción, una sonrisa, siempre hay motivo en el que Dios hace acto de presencia.

Muchas veces he escuchado que dicen, ¿de dónde viene el mal?, o por otro lado, culpan a Dios cuando las cosas no salen como uno desea, porque el ser es así por naturaleza, porque cuando caemos y sentimos que nos defraudarnos, inmediatamente uno cree que el culpable es Dios, porque cuando pasan cosas horribles en el mundo, es muy fácil decir que Dios es el culpable, que porque sí Dios lo ve todo, no hace nada para evitarlo, la respuesta es sencilla, todo tiene una manera de ser, Dios no es quién creó el mal, esto es algo que el humano ha creado, porque Dios nos ha dado el regalo más grande, la libertad de decidir, la libertad de tomar nuestras propias decisiones, pero somos nosotros quiénes decidimos nuestro actuar, ya que, se debe tener presente que todo acto, tiene una consecuencia.

Pero aún cuando uno actúa a mala intención, Dios ya le ha perdonado, Dios ha estado en cada minuto, y así mismo, Dios es quién sabe que camino quiere para esa persona, pero Dios no obliga, no ofende, Dios no puede detener los malos actos que el ser humano hace porque sin estos de igual manera, las personas no conocerían la compasión, la bondad, la emotividad, el perdón, porque sin las equivocaciones, el ser ni aprendería de sus propios errores, porque sin los errores, no habría experiencias.

Y hablando de experiencias, todo en este mundo está conectado, el cosmos siempre está actuando a su manera, conectando a quienes debe conectar, haciendo su manifestación a su manera, porque toda persona que llega a nuestras vidas, tiene un sentido, tiene un propósito, tiene un motivo, tiene una razón, tiene algo que enseñarnos, tiene algo que hacernos ver sea interiormente o exteriormente.

Sin tormenta, no hay plenitud, sin dolor, no hay alegría, sin sol no hay luna, sin calor no hay frío, sin día no hay noche, sin lágrimas, sin perdón, no hay un nuevo comenzar, sin tempestad, no hay rayo de sol, y sin sanación, no hay amor y sin amor... No hay nada.

Porque es Dios quién sabe que cada pequeño momento tiene su razón de ser, porque es Dios quien siempre sabe escuchar como un gran amigo, porque es Dios quién sabe hablar como ninguno otro lo hace, porque es Dios quién no le interesa todo lo que uno hace, todo lo que uno compra, todo lo que uno hace por ego mismo, porque Dios no se fija en lo material, Dios ve con los ojos llenos de amor y lo único que ve, es el corazón de cada persona, aunque esté no crea en él o en ella, porque incluso aunque no crea eDios siempre estará a su lado, nunca ha de abandonarle... Yo lo sé... Yo lo viví, y ahora lo sé, que Dios siempre estuvo en cada segundo de mi vida, pero era yo quien me negaba a verlo o a escucharlo, porque ha sido Dios quién me ha hecho ver cosas que el ser omite o se pierde por vivir en la constante rutina, por no ver nada más allá de sí mismo.

Porque Dios me ha mostrado el más grande amor de su parte cada vez que de rodillas me ha abrazado y se ha quedado cuando mis lágrimas parecen no César, porque ha sido Dios quién me ha mostrado las más grandes artes de obra del lugar menos esperado... Y es que, ojalá viviéramos con el corazón de un niño, que todo le asombra, que cada pequeño lugar es algo que lo hace maravillarse, ojalá fuéramos como los niños que pintan miles de dibujos sin importar lo que los demás piensan, que habla porque tiene necesidad de querer conocer, de querer saber, de querer ser.

Y es que sí hay algo que agradecer a Dios, son sus grandes regalos, sus grandes dones, sus personas llenas de luz, cada uno de sus mensajeros, las maneras en las que se manifiesta y te dice "Levántate, yo creo en ti", porque me ha enseñado a ver con amor cada una de sus creaciones, sea un paisaje o así mismo, cada personas, porque cuando uno es luz, sabe ver y llenar de luz ahi a donde va, porque donde Dios ha puesto su mano, ahí es donde brilla más fuerte, ahí es donde el camino ha estado lleno de lodo, lleno de tristezas, ahí es en donde más lágrimas han existido... Ahí es donde el dolor se ha hecho presente.

Porque la vida es eso, altos y bajos que son necesarios, porque sin cielo, no hay estrellas, porque sin escritura, no hay vida, porque sin canción, no hay ritmo, porque sin la oruga, no hay mariposa, sin fe, no hay creencia en uno mismo, sin lluvia, no hay arcoiris, sin guerra, no hay un después, sin un cambio, no hay crecimiento y yo doy gracias a todo eso que me ha hecho caer, todo eso que me ha quebrado, todo eso que me ha roto, todo eso que me ha hecho tocar fondo, todo eso que me hace amar mis cicatrices, todo eso que me hace dar mi amor, así, porque sí, porque así debe ser, yo doy gracias por todo el dolor por el que he pasado, por todas esas cosas que me han hecho llorar, porque cada una de estas cosas, me han traído hasta este día, me han enseñado tirándome una y otra vez, porque perdiéndome, me he encontrado, porque rindiendome, me he convertido en una mejor versión de mí misma.

Porque ahí donde el humano ve tempestades, en realidad, están las más grandes fortalezas, porque ahí donde el cáncer atemoriza, están las más grandes personas llenas de amor, porque es ahí donde uno se da cuenta en verdad de las sonrisas más grandes y más fuertes, porque ahí donde alguien con una discapacidad decide levantarse y encontrar su motivo de vida, es ahí donde los rayos de sol vuelven a brillar con todo su potencial, porque ahí donde uno ve a niños con poca autoestima, uno decide sí darles valor y llenarlos de amor, porque yo pido por todos, por los que no creen en Dios, por los que están llenos de rencor, por los que odian, por los que culpan, por los que humillan, por los que tiran en vez de levantar, por aquellos que aún no se perdonan, por los que huyen, por los que tienen miedo, por los que no creen, por los que buscan su propio beneficio, por los que no aman, por los que viven en un mundo de drogas, por los que no creen en sí mismos, por los que sólo buscan conflictos, por los que matan a sangre fría, por todos esos que nunca supieron lo que es el amor, por los que juzgan, por todos los que están cayendo en depresión, por los que no ven la luz, por los que aún no encuentran su propósito, por los que aún no ven su gran don, por los que hacen daño a otros, por los que viven con dolor dentro de sí mismos, por los que tienen corazones de piedra, por cada niño que sufre, por aquellos que padecen de hambre, por aquellos que sin vagabundos y no tienen un lugar para vivir, por aquellos que han abandonado a alguien alguna vez, por aquellos niños de África, por aquellos que viven en guerra, por aquellos que piensan que el poder y tener la razón lo es todo, por aquellos que separan familias, por aquellos egoístas, por aquellos cobardes, por los que envenenaron corazones de niños, por todo el dolor, por todas estas personas y más, yo sé que Dios está con cada una de estas personas, incluso con aquellas que ya han perdido toda fe y toda esperanza, porque sin todo lo que sucede, no conoceríamos tantas cosas, porque ha sido Dios quién ha puesto su luz y don en cada persona, pero sólo queda en cada uno, decidir tomarlo o no, porque sin derrumbe, no hay construcción.

Porque ha sido Dios quién me ha mostrado su gran poder y su gran amor al mostrarme que cada persona decide tomar su lección de vuelo o quedarse con las alas rotas, porque yo agradezco y me siento bendecida por todo lo que me rodea, por todo lo que soy, por todo lo que me ha pasado, nada que reclamar, nada que reprochar, porque todo está hecho para algo mucho más grande que nosotros mismos.