Notes

En el momento en que se miraron directo a los ojos, quedaron cautivados. ¿Quién era el otro? No lo sabían, sólo un simple extraño. Qué curioso el destino y qué hermosa la valentía, ambos jóvenes fueron enamorándose al compás de una pieza de baile. Pero no todo es bello, eran de reinos enemigos. Sin importar aquello, siguieron frecuentándose. Lágrimas fueron derramadas, su amorío no tardó mucho en ser la noticia de los pueblos. Furiosos, los reyes, buscaron separarlos. En vano fue, pues al cerrar los ojos siempre se miraban. Un día, ella hizo una mala jugada, él corrió a los brazos de su amada, quien al despertar, entregó el último beso, aliento de la vida. Finalmente, los dos tuvieron lo que querían: estar al lado de la gravedad que les sostenía en la tierra. ¿Sabes de quién estoy narrando? Acertaste. Romeo y Julieta, dueños de un amor que cautivó a muchos y de dos corazones, que ya fueron liberados.